La cantidad de empleados públicos que alcanzó a tener el aparato del Estado Plurinacional, del tiempo del gobierno del MAS, encabezado por la dupla Morales-García Linera y Cía., superó todos los índices conocidos en la historia del país. De unos 200 mil empleados públicos hace unos veinte años se pasó a la fabulosa cantidad de alrededor de 550.000 empleados que eran mantenidos por el gobierno con objeto de tener votos a su favor y una burocracia incondicional a sus órdenes, para prorrogarse en el poder.
Exactamente, la cantidad de funcionarios del Estado a tiempo de producirse el derrumbe del régimen masista, llegó a 526.955 funcionarios que devoraban casi el 20 por ciento del presupuesto del Estado Plurinacional que en total alcanzaba a 214.724 millones de bolivianos. El monto dirigido a pagar a los empleados públicos llegó a los 38.968 millones de bolivianos, proporción a la que se debe agregar otro presupuesto destinado a entidades descentralizadas que devoraban otro porcentaje considerable (5%) , superando toda racionalidad, tomando en cuenta, a la vez, que estos trabajadores constituyen el 10 por ciento de del total de los trabajadores del país.
Es necesario señalar que gran proporción era de supernumerarios, ya que autoridades de la administración pública afirman que existen todavía entre seis y siete empleados para realizar una sola tarea, por lo que fue definida como una burocracia insensible, satisfecha y “presupuestívora”.
Pero el problema alcanza mayor magnitud, debido a que el gobierno de Evo Morales, Álvaro García Linera y su partido, el MAS, hizo crecer la burocracia con el objetivo de contar votos a su favor para las elecciones, de tal forma de mantenerse en el poder con base en ese ejército de dependientes y que, además, era utilizado para realzar manifestaciones callejeras para aparentar tener militancia que le apoyaba.
Por otro lado, según denuncias de empleados públicos, estos trabajadores del Estado Plurinacional eran obligados a trabajar horas extras, se les reducía sus salarios para engrosar el poder económico del partido gobernante, se les consideraba integrantes del sistema bonapartista de represión, etc.
Esos y otros aspectos del problema de la burocratización y estatización de la maquinaria estatal eran parte del programa populista para socializar el país y funcionó, principalmente, gracias a los extraordinarios ingresos que tuvo el país por el alza de los precios de las materias primas, en especial del gas, hecho que produjo la bonanza de 14 años de la que gozó el gobierno de Evo Morales, Álvaro García Linera, Luis Arce Catacora, David Choquehuanca y Cía., los que intentan volver al gobierno a como dé lugar.
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