Ley del Régimen Electoral viola la CPE

La Constitución Política del Estado establece en el Art. 11. II. 3. “Comunitaria, por medio de la elección, designación o nominación de autoridades y representantes por normas y procedimientos propios de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, entre otros, conforme a Ley”. Según el Art. 26. I., “Todas las ciudadanas y los ciudadanos tienen derecho a participar libremente en la formación, ejercicio y control del poder político, directamente o por medio de sus representantes, y de manera individual o colectiva. La participación será equitativa y en igualdad de condiciones entre hombres y mujeres”. “4. La elección, designación y nominación directa de los representantes de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, de acuerdo con sus normas y procedimientos propios”.

El sistema electoral boliviano utiliza la fórmula D’Hondt, que es un mecanismo de conversión de votos en escaños. Esta fórmula reparte proporcionalmente los escaños, según los votos obtenidos por partido. En Chile son elegidos 155 diputados y 72 senadores en listas por distritos y circunscripciones senatoriales. La distribución se hace bajo la fórmula D’Hondt desde 2018, pero bajo listas separadas del presidente.

El gobierno del cocalero fugado no cumplió el Art. 172.1. que establece que “el presidente debe cumplir y hacer cumplir la Constitución”, pues con la idea de eternizarse en el poder remitió al Legislativo la Ley 026 del Régimen Electoral, y la Ley 421 de Distribución de Escaños privilegia al área rural en desmedro del área urbana, sin tomar en cuenta que la población está concentrada en las ciudades, donde está el 71% de población y solo el 29% del electorado se encuentra en zonas rurales. El voto de provincias vale el triple del voto de las capitales.

Según el Instituto Nacional de Estadística, los departamentos de La Paz, Santa Cruz y Cochabamba concentran el 71% de esta población urbana, por tanto definirán quién será presidente, y las provincias tendrán sus representantes ilegítimos. Un ejemplo, la circunscripción 63 de Pando, que es la más pequeña del país, contaba con 17.282 inscritos en 2014. Esta jurisdicción abarca los municipios de San Pedro, Gonzalo Moreno, Sena y otros, el pasado año se denunció el acarreo de votantes desde el vecino departamento de Beni y hasta ahora no hay sanción.

En las elecciones de 2020 por primera vez los verdaderos indígenas, Julia Pachacopa Llacsa, candidata a diputada uninominal, y Tomás Huamani Llaveta, como su suplente, representan a la nación Yampara de Chuquisaca, se postularon a la Circunscripción 3, podrán acceder al poder de manera directa, como manda la Constitución, sin la intervención de partidos políticos, fue un avance en la Asamblea Constituyente para la representación genuina de las 36 naciones indígena originaria campesina.

Se debe modificar la Ley del Régimen Electoral y rediseñar la geografía electoral de las Circunscripciones, ya que eligen a un parlamentario rural con la mitad de votos que el representante de la ciudad, porque hay desequilibrio de las circunscripciones uninominales; en algunas zonas rurales que no son indígenas, con 2 mil votos eligen un diputado. En cambio, en las ciudades de La Paz, Santa Cruz o Cochabamba, se necesita un promedio entre 40 mil y 60 mil votos, por tanto, en la geografía electoral, de las 63 circunscripciones uninominales, 27 están en áreas urbanas y 36 en zonas rurales y hay 7 circunscripciones especiales indígenas ubicadas en zonas rurales, con lo que este sector suma 43 diputaciones.

Para evitar esa asimetría, se debe redistribuir toda la geografía electoral boliviana, para que sea equitativa en los uninominales, sean las y los representantes territoriales genuinos y disminuir la cantidad de plurinominales y también que el soberano elija a la o al presidente y a la o al vicepresidente de manera separada a la lista de senadores y de plurinominales, para mantener la democracia representativa, el equilibrio poblacional y la igualdad del voto. Además se debe considerar la paridad en las candidaturas a la presidencia, para erradicar el machismo y patriarcalismo aun imperante en Bolivia.

La autora es Abogada, ex Asambleísta

Constituyente.