Álvaro Numbela Tejada
Hoy se habla bastante de la administración de justicia con “tareas pendientes” que nunca se supo cómo superarlas. Entonces, ¿con qué se puede avanzar hacia el logro de una justicia plena? He ahí la cuestión legítima que puede movilizar a los propios componentes del malogrado Poder Judicial.
LO QUE NO PUEDE SER
No se tendrá una justicia independiente de los poderes políticos (Ejecutivo, Legislativo) o una verdadera reforma del sistema de justicia en Bolivia, para ello se tendrá que esperar mucho tiempo, todavía.
Por otro lado, no se quiere la corrupción, la venta de puestos judiciales, el simple cambio de personas y el tráfico de influencias durante décadas.
Para superar esta realidad cuán lejos queda la “meritocracia” propuesta por los partidos políticos, con espectáculos estelares y la intervención de personalidades extrañas.
Lo que pasa es que se da o existe -más propiamente- una total ausencia de iniciativas del propio Poder Judicial, para el necesario perfeccionamiento de la forma de trabajo del sistema judicial. En ello los partidos políticos tampoco tienen propuestas, por la sencilla razón de que no conocen el desenvolvimiento del aparato judicial.
Por las razones señaladas, se recurre a la conciencia profesional para que los propios componentes del llamado Órgano Judicial -conforme al clamor popular- puedan establecer salidas indispensables ante la crisis de impartir justicia completa sin mayores complicaciones.
EL TRABAJO JUDICIAL
Que todo el trabajo judicial, o más propiamente la organización del expediente del proceso judicial, esté en manos del Juzgador, resulta intolerable. Incluyendo la otorgación de una simple fotocopia legalizada.
De esta manera concreta, el trabajo judicial resulta engorroso, incompleto y desarticulado, porque el Fallo Judicial no llegará oportunamente.
Para reorganizar el trabajo judicial, la propuesta puede venir de los propios componentes del Poder Judicial. ¿Qué pasa con un presidente del Tribunal Supremo de Justicia?, ¿con los Tribunales Departamentales? Simplemente que no se tiene ideas para combatir la retardación de justicia. Menos existe una propuesta para reorganizar la majestad del Poder Judicial, tan venido a menos, no solamente con designar como “simples” operadores de justicia a los doctores de la Ley, también con designar como meros tribunales de justicia a las Cortes de Justicia.
La mejor propuesta puede estar referida a concertar en cada Tribunal Departamental de Justicia la marcha de un Sistema Procesal Común, donde los expedientes sean organizados por los subalternos, bajo el mando y la responsabilidad de un Director de Sala y el Sr. Juzgador sólo esté para dictar Sentencias y Resoluciones. No importe que la experiencia comience en un departamento, que así también hicieron España, Chile, entre otros ejemplos ilustres. De esta manera concreta tendríamos una justicia completa y oportuna.
De momento esto, para ir con el ritmo de la problemática contemporánea del desarrollo de las formas de organización político-social o la consolidación de un Estado de derecho. Sin necesidad de pensar -vanamente- en aumentar presupuestos, en la añorada transparencia, celeridad o infraestructuras.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |