Con locaciones en un escenario natural donde tuvo lugar la Guerra del Chaco (1932 y 1935), el cineasta Diego Mondaca llevó al escenario internacional del cine el filme Chaco, donde relata las secuelas que dejó ese suceso que califica como “tortuoso” en los bolivianos y las secuelas físicas y psicológicas que marcaron en los combatientes que regresaron del conflicto bélico.
Según publicación de El País, la película Chaco se estrenó en enero en el Festival de Cine de Rotterdam, Holanda; y en los próximos meses se proyectará en países latinos, mientras en Bolivia se prevé presentarla a mediados de año desde Villa Montes e Ibibobo, donde se centró parte de la producción cinematográfica e inspiró la participación de los lugareños.
Para el cineasta, el Chaco es un tema que llama a la reflexión y motiva a conservar la memoria familiar. “Mi abuelo estuvo en la guerra y muchos de nosotros tuvimos a alguien en la guerra, ahí está la memoria y también el silencio de la guerra”, refiere al puntualizar que ese aspecto le llevó a proyectar esta película.
“De la Guerra del Chaco se ha escrito mucho, pero diría que no se ha hecho tanto en audiovisual, ahí está también una razón de filmar la película. Se puede contar con una mano las películas que han salido de la Guerra del Chaco, considerando que ha sido uno de los episodios quizás más tortuosos, pero a la vez importante para el país, donde hemos perdido generaciones enteras y de las que no nos hemos recuperado”, manifestó.
Sostuvo que la película fue filmada en Tarija, en Villa Montes y alrededores como Ibibobo. El cineasta que visitó Tarija a invitación del Movimiento de Cine Audiovisual, también habla de la importancia de promover el cine nacional y su reglamentación para fortalecer el sector.