Lo importante para escribir un artículo es conocer el origen de las cosas, para tener un sabio discurso sobre el tema. En días pasados leí un artículo en un matutino local, el mismo que es muy interesante en su redacción, y tiene un análisis perfecto sobre la realidad actual del sistema, la debacle de los recursos, el bajo rendimiento de los aportes y el futuro incierto de las rentas de vejez. También se refiere a algo muy importante, que el sistema nunca ha estado manejado por técnicos nacionales, y todos sus cálculos han sido producto de técnicos extranjeros, que no conocían la realidad.
Sin embargo, tiene fallas al apartarse de saber que el sistema está basado exclusivamente en la Seguridad Social, el mismo que ha sido la base de la protección al trabajador y su entorno familiar. Por lo expuesto me permito recordar algo que fue y debe ser un elemento principal respecto a la seguridad social, cuando el Libertador Simón Bolívar dijo: “solo habrá justicia social, donde exista seguridad social”.
Pero esto no quiere decir que los gobiernos absorban los principios para después hacerse dueños de los recursos de los trabajadores, este sistema y las recomendaciones deben trasladarse hacía los trabajadores, para que en un momento ellos defiendan sus intereses y no aparezca un gobierno confiscando sus bienes y recursos, como se hizo en el año 1999, para luego declarar que son los salvadores de tan importante sistema, como es la Seguridad Social. No se debe encaminar a empequeñecer la esfera de la Seguridad Social, sino que se debe garantizar la esfera y darle mayor seguridad posible. De este modo, debe pretender reforzar el sentido de su responsabilidad y, al mismo tiempo, facilitar y garantizar la eficacia de la solidaridad en el sistema.
Desde la implementación de la Capitalización Individual, con seguridad podemos decir que el sistema aporta para una póliza de vejez, porque no hay la colaboración económica del Patrón y del Estado, todo el peso del sostenimiento recae únicamente en el trabajador. Sin el beneficio económico, no puede constituir en la práctica ninguna seguridad de previsión social para el trabajador, siendo necesaria la contribución del Estado, Patrón y obrero para los regímenes que tiene la Seguridad Social.
Es bueno saber que el sistema aplicado por el Gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada eliminó en 1999, del Código de Seguridad Social, el Régimen de Vejez, Invalidez y Muerte. También lo explico en dos acápites anteriores, luego, elimina el Régimen de Riesgos Previsionales para entregarlos a compañías privadas de Seguros, con un aporte alto, el mismo que fue reducido por voluntad de las mismas entidades. Se dieron cuenta que la prima era alta, el mismo casi en su totalidad fue implantado por el actual gobierno.
Pero, ¿qué pasa con el cálculo de rentas?, bien, no faltó un conocedor del asunto, al que se le ocurrió poner como base la esperanza de vida de los bolivianos en 110 años, aberración inconcebible. Seguramente hubo alguna modificación, sin embargo las rentas siguen siendo miserables, por ejemplo con un promedio salarial de Bs. 12.000.- con 45 años de aportes le conceden solo Bs. 5.000.-, que representa un 41%, los casos más delicados son aquellos que solo alcanzan entre el 32% y 37% de su promedio salarial.
Nos referiremos a la idea incluida en la mencionada publicación, de pensar en que se devuelva, del 100% de los aportes del trabajador, el 95% de lo ahorrado, para adquirir algún bien, y el 5% se derivará para financiar los servicios de salud. En cuanto al primer punto, ¿es seguro que si un jubilado reciba el 95%, sabrá realizar una buena inversión? Lo más probable es que al poco tiempo de recibir el monto indicado, el país se llenará de problemas, y el jubilado con presiones exigirá retornar al sistema anterior sin devolver lo recibido. En cuanto a la salud el problema es mucho más serio, actualmente el jubilado mediante el patrón aporta el 10% y todavía existen reclamos de toda clase.
Analizando la nota a que hago referencia, observo desconocimiento absoluto de la Seguridad Social y de los principios que ella sostiene, por lo que es importante conocer algunos puntos muy ciertos, para salvar el sistema de pensiones, al desechar completamente la idea de solidaridad, que es una norma en el Seguro, de asegurar ciertamente al trabajador y sus dependientes con carácter permanente.
La evidencia de que en el presente no cabe la Seguridad Social sin la aportación del Estado, Patrón, y Trabajador es una realidad inexcusable. Sabemos que la misma puede contribuir eficazmente a una redistribución de los medios y las reservas, según criterios de justicia y equidad. Por tanto, puede ser considerado uno de los instrumentos para reducir los equilibrios en el tenor de la vida y de los ciudadanos, las situaciones de necesidad social que se presentan. Con gran amargura, la dolorosa destrucción de un gran proceso y de una revolución social tiene que seguir un curso, pero con seguro paso a la generalización de la Seguridad Social, lo que ahora parece complejo y mal operado, pues el Estado ha tergiversado su participación.
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