Las experiencias de haber vivido durante casi 14 años, los partidos políticos, las instituciones, las organizaciones de diversa índole y el pueblo en su generalidad, deberían servir para que los políticos y muy especialmente los candidatos a la Presidencia de la República, tomen en cuenta lo pasado porque, al no haber ocurrido algo similar en la historia del país, las enseñanzas que si no se las analiza, medita y mide en sus perspectivas y consecuencias, querrá decir que no se les da la debida importancia.
Y es importante y necesario compulsar, estudiar, medir, analizar y hasta sentir lo ocurrido porque se trata de conducta y hechos que jamás ocurrieron en la historia del país; los excesos cometidos han dejado secuelas de males de toda clase, especialmente en algunas personas que creen que se hizo bien lo que estuvo mal, personas que se acostumbraron a recibir dinero sin trabajar y tan solo para invertir aunque no se lo haga y solo se disponga de él sin rendir cuentas a nadie (Fondo Indígena); personas mal acostumbradas a “recibirlo todo de arriba” (como vaca que da leche de arriba para abajo); así, la ignorancia de muchas persona o sus pésimos conocimientos de valores morales, los hizo cometer tantos males como cometían quienes los prostituyeron y lastimaron al otorgarles dineros que se convirtieron en pruebas de corrupción.
Es importante que se tome conciencia de todo lo ocurrido, de lo mal que estuvo la administración del Estado a cargo de un gobierno sin base alguna de honestidad, honradez y responsabilidad; de un régimen que creyó graciosa y demagógicamente, que el país era de su propiedad y podía hacerse de él lo que las ganas de un caudillo sin principios podía conseguir. Es, pues, necesario, conocer todo un pasado de 14 años que fue funesto para el país y que deben calar muy hondo en la vida e intenciones de quienes buscan gobernar al país con eficiencia, honestidad y responsabilidad, alejados de hechos que jamás deben ser imitados.
Finalmente, es importante para que el país no viva nunca más lo vivido y sufrido con un régimen que no tuvo conciencia de país y menos capacidad para servir y amar consciente y responsablemente al pueblo. Importa, pues, mucho que los candidatos hayan aprendido las lecciones y transmitan a sus partidarios la urgencia de no aceptar conductas que vayan en contra de la Constitución y las Leyes; que sus partidarios y hasta áulicos que nunca faltan y otros que conforman entornos formados inclusive por procedencia de transfugios, que, lamentablemente, se practica mucho en el país.
Mientras nuestros políticos actúen con decencia y altura durante la campaña electoral, habrá que esperar buenos resultados de su futuro comportamiento en el poder o fuera de él. Habrá la certeza de que tendrán la convicción de que el país está para servirlo y no para servirse de él. Habrán asumido la certeza de que el pueblo los apoyará tanto cuanto actúen en márgenes responsable donde la honestidad sea parte de su vida privada y pública. En fin, son muchas las lecciones de un pasado que hubiese sido bueno no vivirlo pero que, habiendo ocurrido, lo que corresponde es no pisar las piedras que otros mancillaron con malos pasos.
El país espera conductas dignas y honorable, prácticas de campañas que sean, luego de las elecciones, normas de vida sea en el poder o lejos de él pero que conlleve la condición de ser bolivianos y actuar conforme a lo que todos queremos que sea, un país respetado y amado por sus hijos que le den todo exigiendo lo mínimo de él, que entiendan que no pueden repetirse conductas dañinas que causen dolor a un pueblo siempre merecedor de una vida plena y digna, alejada de intereses y conveniencias ajenas a lo que debe ser el país y su pueblo.
Con las elecciones de mayo empieza un nuevo periodo, una nueva era del país; con ellas se iniciará un tiempo de entrega y servicio que no debe desperdiciarse especialmente teniendo en cuenta que hay niños y futuras generaciones que esperan acciones y conductas dignas y plenas de responsabilidad. Tal vez lo expresado en estas líneas se considere exagerado, pero las vivencias de un pasado de casi 14 años obliga a rememorar lo que suena a pesadilla pero que es importante rememorar para no repetirlo o imitarlo en ninguna de sus facetas.
Ojalá que nuestros políticos capten y entiendan lo que deben hacer y lo que aún antes de las elecciones deben demostrar actuando conforme a sus propias virtudes que podrán convertir en valores y principios por su propia decisión y coraje.
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