Las aguas del Silala

En 1996, EL DIARIO, Decano de la Prensa Nacional, anunció el desvío de las aguas del Silala y comprobó que no era un río como pretende hacer ver Chile. Son manantiales, no son aguas de cauce internacional, que Chile hace uso abusivo desde que fueron canalizadas en 1908 y utiliza más de 50 millones de litros diariamente no solo para el comercio de minerales. En 2009 Bolivia y Chile llegaron a un preacuerdo para el pago por su uso ya que estaba incluido en la agenda bilateral de 13 puntos suscrita en el primer gobierno de la ex presidente chilena Michelle Bachelet y el cocalero expresidente Evo Morales. Las aguas del Silala vienen de un conjunto de bofedales, no son de soberanía compartida, nacen en la provincia Sud Lípez, región de Quetena Chico del departamento de Potosí.

El curso del agua recorre 56 Km, cruzando la frontera de Bolivia y Chile hasta desembocar en los ríos San Pedro de Inacaliri y Loa, en la región de Antofagasta, área inmensa, desértica, despoblada y sin una ruta adecuada. Están a 3 kilómetros de la frontera con Chile, en esta zona existen canales artificiales, el cauce de las aguas ha sido desviado a través de ductos, obras civiles que llevaban ese líquido a territorio chileno para beneficio de la empresa de ferrocarriles chilenos, que pidió permiso a la Prefectura de Potosí para usarlo desde el 23 de septiembre de 1908. En este año se firmó el contrato de concesión entre la empresa Antofagasta (Chili) & Bolivian Railway Company y la Prefectura de Potosí para uso de esas aguas y abastecer a locomotoras a vapor y actualmente usan este afluente empresas mineras del norte chileno.

Chile se aprovecha de este afluente desde 1940, cuando las locomotoras dejan de usarlas y se empieza a utilizar las aguas del Silala en otros usos, obteniendo pingües ganancias al cobrar por su uso. No obstante este atropello, Chile insiste alegando que el Silala es un río de curso sucesivo, pero se un desvío forzado y utilizando el desnivel geográfico. El gobierno boliviano pretendía defender legalmente tal recurso natural, sentando soberanía en esta región potosina, construyendo un hotel, generación de energía eléctrica, bombeo de esas aguas ante la sequía de la Laguna Colorada.

Cuando se anunciaba un juicio ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), el 26 de junio de 2016 Chile se adelanta a Bolivia, al interponer una demanda ante la CIJ para defender su teoría de que las aguas del Silala provienen de un río de curso internacional que fluye naturalmente a Chile, cruza la frontera producto de la ley de gravedad y a la inclinación natural y pendiente del terreno que pasa por una quebrada. Chile el 3 de julio de 2017 presentó su memoria histórica sobre el río Silala y dice que estas aguas no las utilizan los bolivianos, sin embargo hace reclamos mezquinos que no se ajustan a la realidad.

En agosto de 2018 nuestro país presentó la contrademanda ante la CIJ y busca una compensación por el uso de esas aguas, aunque se dijo que Bolivia no tiene derecho de propiedad sobre este recurso. El 15 de febrero de 2019 Chile entrega a la CIJ su réplica en respuesta a la demanda boliviana. Se responsabiliza de esta inminente pérdida de soberanía plena de los manantiales del Silala a Evo Morales Ayma como expresidente, Álvaro García Linera, como vicepresidente, Eduardo Rodríguez Veltzé como exembajador en Holanda y ex Agente ante la CIJ de La Haya, a David Choquehuanca, inepto excanciller del MAS, quien puso las manillas del reloj de la plaza Murillo al revés, dijo que las piedras tienen sexo, que la coca es alimento, etc. y estuvo once años en el poder, a Héctor Arce como exasesor legal del Estado por haber encausado mal la demanda, la defensa y la protección de la soberanía de las aguas del Silala.

¿Qué puede decir el actual Gobierno de transición ante insinuaciones del presidente chileno Sebastián Piñera? La respuesta será ¡mutis por el foro!