Los amigos de un candidato

Hace unos días la opinión pública fue sacudida con la información sobre que el gerente general de la empresa de telefonía ENTEL había sido despedido por el directorio de esa empresa que antes fue estatal y hoy es mixta, pues un pequeño paquete accionario estaría en poder de particulares. Sin embargo, en algunos casos actúa como pública, en especial en cuanto al nombramiento de sus autoridades, siempre con influencia política-partidaria.

El motivo del despido de esa autoridad habría sido el manejo discrecional de recursos de esa empresa, para gastos personales de estadía en esta ciudad en hoteles de lujo, alquiler de vuelos privados, elevados salarios para esa persona y un entorno que habría traído de la ciudad de Santa Cruz, a quienes pagó indemnizaciones por su retiro y seguramente él también se pagó.

Este ciudadano que fue detenido en Miami por razones de visa, y que llevaba una elevada suma de dinero según informes de prensa, fue al igual que otros altos funcionarios del gobierno de transición, entre esos algunos ministros, recomendado por el ex presidente del Comité Cívico de Santa Cruz y ahora uno de los varios candidatos a la presidencia del Estado boliviano, algunos de los ministros “comiteístas” dejaron sus funciones en breve tiempo de funciones, execrando a las políticas del gobierno que los cobijó y la presidente del gobierno.

Lo que no sabía la opinión pública es que el ex cívico y ahora candidato, había conformado el gobierno de transición con ministros y otros altos funcionarios, con individuos de su confianza, cuando fueron todos los comités cívicos del país que desde hace más de dos años se reunieron y conformaron el movimiento cívico nacional (mi persona representó a La Paz en una de las primeras reuniones nacionales en Santa Cruz, en la gestión del ex presidente Dr. Fernando Cuéllar, que con inteligencia destacada preparó las condiciones del accionar de los cívicos del país en defensa de la democracia), no sabemos si algún otro comité cívico tiene gente en el gobierno de transición democrática.

No cabe duda y nadie desconoce la actitud valiente del ex presidente del comité cívico cruceño, en la lucha del pueblo por la defensa del voto y la democracia, pero la lucha contra el populismo comenzó hace catorce años, y fuimos unos poquísimos ciudadanos que en las páginas de los pocos medios independientes de comunicación, como EL DIARIO, que no fueron cooptados por el régimen populista, pese a las presiones e intentos para controlarlos, que expresamos nuestra opinión crítica a los excesos de poder. En el caso de este periódico, Decano de la Prensa Nacional, la presión fue a través de Impuestos Nacionales, convertida por el anterior gobierno, como todo el aparato administrativo del Estado, en un instrumento de represión política.

En los años previos a la caída del régimen populista del MAS, no conocimos ninguna acción crítica a ese gobierno de muchos que a última hora recién elevaron su voz de condena al populismo, guardaron silencio e incluso nos recomendaban no criticar al régimen por temor y ahora se yerguen como los paladines de la resistencia y la democracia.

Un conocido refrán dice: “dime con andas y te diré quién eres” en referencia a los amigos que tiene cada persona, pues no olvidemos que la amistad se cultiva y los amigos se escoge de acuerdo con los valores que tiene cada persona. La conducta de los amigos recomendados por el candidato Camacho ha producido un golpe al prestigio del gobierno de transición y éste tiene que tomar medidas urgentes contra la corrupción, no sólo con recomendaciones, sino conformando una instancia que recoja toda denuncia de actos ilícitos en el desempeño de funciones estatales y para estatales, y se proceda con rigor en la sanción a esa inconducta.

Hace treinta años, en estas mismas páginas de EL DIARIO, hicimos conocer un proyecto de ley anti corrupción, cuando no había ninguna norma específica de la materia. El entonces senador Mario Rolón Anaya recogió esta sugerencia y elaboró un proyecto que quedó en nada. Ahora existen normas específicas contra la corrupción, pero están sólo en el papel.

La lucha contra la corrupción tiene que ser una política de Estado, pues la salud pública no es sólo de bienestar físico-orgánico, sino también espiritual.

El autor es abogado, politólogo y escritor.