Acaso la mayor cooperación técnica entre Alemania y EEUU fue el proyecto suizo Crypto AG de fabricación de máquinas de codificación de mensajes gubernamentales secretos que empezó durante la Segunda Guerra Mundial y creció en conflictos subsiguientes hasta los años recientes incluyendo las dictad uras militares del “Plan Cóndor” suramericano a las que espiaron en detalle. Sirvió a más de 120 países aunque, según el WP, nadie supo que los verdaderos dueños de la compañía y de lo que las máquinas transmitían por lucro devinieron la CIA estadounidense y los servicios de inteligencia BND de Alemania que se enteraban de todo lo transmitido. China y Rusia nunca ocuparon los servicios de Crypto AG. Pero eso es historia.
Alemania hoy necesita una Agencia de Investigación Avanzada de Proyectos de Defensa (DARPA en inglés) como la tiene EEUU. El éxito de DARPA respaldada económicamente por el estado norteamericano va teniendo un éxito emulable. D. Marin, Project Syndicate, dice que Alemania ha sido conocida por su habilosa ingeniería pero está siendo superada por EEUU. Solamente la tecnológica Apple tiene hoy un valor superior a la totalidad de las 30 compañías de vanguardia que hoy componen el DAX alemán cuyos ejecutivos se muestran preocupados ante lo que observan. Ni hablar de la companía china Huawei que acomoda su sistema de redes 5G en Europa pese a la oposición de EEUU que incluso amenaza con elevar sus gravámenes de importación de vehículos y vinos de Europa si ésta adquiere 5G, aunque el Reino Unido ya lo aceptó. En Escandinavia las compañías LM Ericson y Nokia tienen facilidades 5G de exportación pero más caras que 5G de China.
Las nuevas tecnologías de internet e inteligencia artificial de EEUU y China pueden ser infranqueables para el actual modelo alemán de producción de máquinas, automóviles y químicos. Para fabricar un automóvil autónomo, por ejemplo, Volkswagen hoy debe recurrir al software de Google o quizá al de un proveedor chino porque en Alemania no hay. En agosto de 2016 la empresa estadounidense Enu Tunomy, socia de MIT, inaugura en Singapur el primer taxi autónomo del mundo, mientras que en Alemania mostraban por la internet la robotización del ensamblaje de automóviles.
Los vehículos del mañana estarán súper conectados en cada rueda por súper ordenadores. Y si Alemania y los otros países europeos no se apresuran a desarrollar su propias capacidades, como dice A. Rudd de Project-Syndicate: “Volkswagen y otras fábricas en muy probable que sigan la ruta de Nokya que perdió ante la tecnología de Apple.” Alemania necesita retomar la iniciativa industrial de fines del siglo XIX cuando Daimler, Bayer, BASF, y Allianz cundieron, pero esto solo será posible si el gobierno alemán reconoce la necesidad de apoyo tecnológico que la industria necesita con urgencia. El gubernamental DARPA de EEUU puede ser el modelo porque la historia lo justifica y su experiencia de décadas lo muestra como en la compra de innovaciones de la compañía Boston Dynamics, producto de MIT, vendida luego a Google siendo ahora propiedad del japonés SoftBank que desde 2013 y bajo contrato trabaja en la fabricación de robots Atlas o humanoides autónomos que habrán de utilizarse en desastres naturales.
Europa necesita su propia agencia de investigación avanzada de productos de defensa, et. al., con un amplio presupuesto de modo que compita con EEUU y China, y que esté sincopada con su propia historia de vanguardia tecnológica. Alemania puede y debe comenzarla. El mundo lo aguarda.
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