Es indudable que el trabajo en las escuelas y colegios de cualquier país no deja de ser algo por demás importante. Y lo es mucho más cuando se toma con otra óptica a fin de lograr mejores rendimientos de los alumnos, y que, sobre todo, así puedan encontrarse seguros de sobresalir y triunfar en su vida futura. Son justamente estos parámetros los que son aplicados en el área educativa de la Liga de la Buena Voluntad (LBV), trabajo que tiene como base la Pedagogía del Afecto y la Pedagogía del Ciudadano Ecuménico, creadas por el director presidente de esta Institución, el periodista, conductor de radio, escritor, y educador, José de Paiva Netto.
En una revista publicada se señala que la acción de la LBV hace que la escuela tenga índices de países desarrollados y se convierta en objeto de estudio en un congreso en Europa. Leila Marco, en su artículo titulado “Venciendo desigualdades” dice: “el trabajo académico de Karen Reis Ribeiro, ex alumna del Complejo Educativo Buena Voluntad, en Sao Paulo, Brasil, repercutió de forma muy positiva no sólo entre educadores, sino también entre integrantes del equipo de esta publicación. Los debates y las reflexiones ocasionados por el estudio generaron la siguiente pregunta a la que el artículo intenta responder: ¿Puede la escuela neutralizar la interferencia socio ambiental y promover un mejor aprendizaje de los alumnos? Por cierto que los buenos resultados alcanzados en la acción de la LBV en el área educativa, señalan que sí. Y respecto a esos logros, también destaca que ellos -los alumnos- son incluso más expresivos si se considera el público: personas y familias en situación de vulnerabilidad social”.
Es de ponderar la labor que realizan en esa entidad, buscando influir e inspirar a otros actores sociales para que se transforme en realidad el ideal fraterno de incluir socialmente a niños, adolescentes, jóvenes, adultos, marginados de la educación formal, tal como acontece en otros países como el nuestro.
Ciertamente, son ese tipo de enfoques y trabajos realizados en la parte educativa de dicho ente los que debemos tomar en cuenta para tratar de hacer algo igual en Bolivia. Es bueno destacar que la particularidad de las escuelas de la LBV, además de tener una sólida infraestructura, en sus unidades educativas aplica una metodología diferente basada en los valores de la Espiritualidad Ecuménica, que incluye diversas actividades extracurriculares con el objetivo de promover el desarrollo de habilidades cognitivas y de comunicación. Respecto a lo primero, se da cuenta que éstas son un conjunto de habilidades aprendidas en diferentes grados, conforme una persona crece y se desarrolla mentalmente. Al contrario de habilidades que se basan en el conocimiento académico, las habilidades cognitivas son usadas para aprender, comprender e integrar informaciones de forma significativa. La información aprendida cognitivamente es entendida y asimilada, no sólo memorizada. En los Complejos Educativos Buena Voluntad se cuenta con Biblioteca, sala de lectura, laboratorio de informática, artes marciales, ajedrez, danza, música y deporte en equipo.
Quizá, en Bolivia, podamos rescatar algo de lo que se hace con acierto en otros lados, tal como los emprendimientos de la Legión de la Buena Voluntad.
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