David Lozano Suntura
En estas últimas gestiones el Estado Plurinacional ha experimentado, en el aspecto educativo, cambios sustanciales y transcendentales por causa de la modernización y, por supuesto, la globalización, los cuales han hecho pensar y actuar de una manera diferente a la sociedad.
Se considera que los nuevos paradigmas son una respuesta a los problemas educativos no solo de nuestro país, sino a nivel mundial, fundamentalmente a los países en vías de desarrollo, tales como analfabetismo, discriminación, violencia en todo los sentidos, los mismos que considero son producto de cuestionamientos de esta modernidad y de la globalización.
Bolivia ha ido sufriendo constantes cambios en sus políticas de Estado, proponiendo modelos de educación. Considero que los mismos no han sido establecidos de acuerdo con las normas y nuestra realidad. En ese entendido, es importante una nueva propuesta de mejora de la educación, para lograr excelencia educativa.
Nuestra educación debe ingresar en una competencia de calidad, promoviendo una oferta educativa competente ante nuestros vecinos, porque con una educación de excelencia y competitiva de la vida y para la vida logramos incidir en la sociedad para la máxima recuperación del potencial humano, potencial espiritual, potencial intelectual, afectivo, artístico, creativo, social y, por supuesto, el potencial físico.
Si bien es cierto que en los últimos tiempos hubo mayor inclusión, lamentablemente también es evidente que no se observó mejoras en la educación; el nuevo enfoque descolonizador dio prioridad a la inclusión étnica y cultural para contrarrestar las injusticias sociales, pero en realidad nuestra sociedad desconoce la importancia de una valoración seria, integral, completa del estado de nuestra educación.
De ahí la importancia de crear espacios de intercambio y debates de ideas, investigaciones, experiencias, prácticas y programas pedagógicos, para mejorar los factores que impiden lograr una calidad educativa acorde a estos tiempos.
Es importante observar inicialmente lo que el estudiante posee, de conocimientos previos, de su vida social en su familia (maltratos, familia disgregada, trabajo infantil, etc.), sus experiencias y dificultades educativas. También considero importante observar el entorno de aprendizaje, para saber si es seguro, saludable, agradable y estimulante para su progreso.
Además, ¿los contenidos que se imparte serán acordes a este tiempo?, en qué medida los contenidos programados incluyen o excluyen a los estudiantes, si les servirán para la vida, a esto se suman las formas, métodos, estrategias que los maestros utilizan, ¿facilitarán el logro de sus objetivos?, ¿se centrarán en el logro de aprendizajes?
Finalmente, determinantes también son los resultados a obtener en todo este proceso educativo del nivel inicial, primario y secundario, los cuales tendrían que estar vinculados a los objetivos nacionales y no a intereses de políticos de turno. En ese entendido, si queremos una educación de calidad debemos cambiar muchos chips paradigmáticos, buscar un plan nacional de la Educación y tener un sistema de verdadera evaluación educativa, el cual garantice procesos serios e integrales.
La educación no debe estar encerrada en lo ancestral, debe caminar de la mano con el avance científico y tecnológico, porque seguir haciendo lo mismo es un gran engaño y peor pensar que los resultados serán diferentes.
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