El poder de curar con las manos

Nuestras manos tienen un poder curativo que producen una sensación de paz y de armonía interior cuando conocemos la manera exacta de hacer “una petición interior” que sólo puede hacerse si uno tiene sinceridad, necesidad y cree de alguna manera, en la divinidad de la vida.

Todo lo que tienes que hacer es friccionar suavemente las palmas de sus manos y pensar:” energía pura de Dios ven a mí” y a continuación, debes dejar de hablar, debes dejar de pensar y concentrarte con mucha paciencia en las palmas de sus manos, que para el ejercicio inicial irán a posarse en tu abdomen de manera firme, pero relajada y debes mantenerlas en esa postura hasta que vayas notando una sensación agradable que produce un incremento de temperatura, posteriormente, irá produciendo una sensación de paz.

Debes quedarte en esa posición el tiempo que haga falta, la señal que indicará que ya es suficiente, es la sensación de alivio y de paz.

Una vez que hayas impuesto tus manos en la región del abdomen, puedes hacerlo en la región posterior de la cabeza, simplemente lleva tus manos a esa región, debes cerrar los ojos y concentrar tu atención en tus palmas y en lo que ellas hacen con la parte posterior de tu cabeza.

Para finalizar, lleva tus manos a la región del pecho, suspende el diálogo mental y el diálogo verbal, respira y lleva tu atención a las palmas de tus manos, hasta que se caliente tu pecho, hasta que tu corazón comience a latir pausada y serenamente.

Puedes quedarte así por el tiempo que te plazca y cuando concluyas, imagina una luz azul saliendo de tus manos y cuenta del uno al tres y repite: “cuando abra los ojos me sentiré espectacularmente bien”. A continuación abrirás los ojos y podrás darte cuenta de cómo ha cambiado tu estado de ánimo, tu estado energético y tu confianza en la inteligencia universal que gobierna tu vida.