Una pesada herencia del gobierno de Evo es la larga lista de “elefantes blancos”, mediante los cuales fueron derrochados más de 18.000 millones de bolivianos, ya que una buena parte de este considerable derroche o no se usa o se utiliza con muy baja capacidad.
Resulta evidente que la filosofía del “le meto nomás”, compatible con las decisiones de un semianalfabeto, el cual además no tenía ningún control de los otros mecanismos del Estado, condujo a este desastre que se debe corregir de alguna manera.
El actual gobierno y el futuro que surja de las elecciones tienen la gran responsabilidad, además de sancionar a los responsables de este descomunal derroche, de “recuperar” las apropiaciones indebidas por parte de varias decenas de funcionarios, de encontrar algunas soluciones que sirvan de alguna manera a los propósitos de la inversión.
El presente artículo apunta a proporcionar algunas sugerencias que sirvan al mencionado propósito.
En relación con los aeropuertos de Apolo y de Ixiamas, claramente nada hay que hacer, habrá que colocarles placas que digan: “Monumento a la ineptitud”, al haberse hecho inversiones que sobrepasan el equivalente de más de 8 millones de dólares en zonas que realmente necesitan inversiones para apoyar su desarrollo.
El aeropuerto internacional de Chimoré podría ser activado con vuelos periódicos, en coordinación con las agencias de turismo, para visitar esta preciosa región, complementada con recorridos fluviales de ida y vuelta en la ruta Ivirgarzama – Trinidad.
En relación con la empresa azucarera San Buenaventura, que funciona con muy baja capacidad, por falta de caña de azúcar en la zona, debería ser rematada para su traslado a otra zona con capacidad para proveerle la materia prima necesaria. De existir oposición por parte de sus empleados, o de La Paz, que éstos se hagan cargo de la misma, asumiendo todos los riesgos que significa el incurrir en una inversión.
Se debe rematar la fábrica de cítricos de Bermejo, en Tarija, para que los compradores puedan ubicarla en una zona que pueda abastecer la materia prima.
En cuanto a las plantas industrializadoras de coca de Yungas y la de Villa Tunari, hacer contrato para que cumplan las funciones para las que fueron concebidas, con laboratorios INTI u otro mediante licitación internacional.
La planta productora de equipos de computación: Quipus, se la tiene que rematar para que se haga cargo alguna empresa internacional que pueda producir los equipos para el mercado nacional, incorporando nueva tecnología, ya que esta industria requiere apoyarse para su desarrollo en la investigación permanente.
Museo de Orinoca, quemar las camisetas que usó Evo en un acto público y el local transferirlo al Ministerio de Educación para que lo utilice como un centro educativo.
Basta por el momento.
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