Las mujeres exigimos igualdad salarial

El 8 de marzo de 1908 un hecho marcó para las mujeres la historia del Trabajo y lucha sindical en el mundo. En esa fecha, 129 mujeres murieron en el incendio de una fábrica en Nueva York, EEUU, cuando se declararon en huelga con permanencia en su lugar de trabajo, buscaban la reducción de jornada laboral a 10 HORAS, un salario igual al que percibían los hombres que hacían las mismas actividades y reclamaban por las malas condiciones laborales que padecían. El dueño de la fábrica ordenó cerrar las puertas del edificio para que las mujeres desistieran y abandonaran el lugar. Hubo un incendio y las obreras que se encontraban dentro de la fábrica murieron, hecho por el que el 28 de febrero de 1909, en Nueva York, se conmemoró por primera vez el “Día Nacional de la Mujer”.

En 1910, en Copenhague se desarrolló la segunda Conferencia internacional de Mujeres, el tema central fue el sufragio universal para todas las mujeres. Por moción de Clara Zetkin, líder del levantamiento de las 20.000 mujeres, se proclamó oficialmente el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora, “en homenaje a las mujeres caídas en la huelga”. Posteriormente la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designo oficialmente el 8 de marzo “Día Internacional de la Mujer”. En 1911, el Día Internacional de la Mujer se conmemoró por primera vez (el 19 de marzo) en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, con concentraciones a las que asistieron más de 1 millón de mujeres y hombres. Además del derecho de voto y de ocupar cargos públicos, exigieron el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral. En 1913-1914, en el marco de los movimientos en pro de la paz en vísperas de la Primera Guerra Mundial, las mujeres rusas celebraron su primer Día Internacional de la Mujer el último domingo de febrero de 1913. En el resto de Europa, las mujeres realizaron reuniones en torno al 8 de marzo del año siguiente, para protestar por la guerra o para solidarizarse con las demás mujeres.

En 1995, la Declaración y la Plataforma de Beijing, firmada por 189 gobiernos, estableció la agenda para la materialización de los derechos de las mujeres. En 2014, la 58 Sesión de la Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW58), la reunión anual de Estados para abordar cuestiones relativas a igualdad de género, se centró en los “Desafíos y logros en la aplicación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio para las mujeres y las niñas”. El 8 de marzo de 2019, los movimientos de mujeres en el mundo, auto convocados para el Paro Internacional de Mujeres, salieron a las calles contra el feminicidio, el patriarcado, la brecha salarial, el acoso, que reproduce la desigualdad en todas sus formas y contra el capitalismo salvaje, y por la igualdad, la libertad, derechos laborales, profesionales y personales, para construir con inteligencia la innovación para el cambio, donde las mujeres estén presentes en la ciencia, en la investigación y en el diseño de nuevas tecnologías.

El comienzo del nuevo siglo dio lugar a la celebración de la Cumbre del Milenio, a la que asistieron los/as jefes de Estado y de Gobierno de 189 países miembros de la ONU, el resultado más significativo de la Cumbre es la formulación de los 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) entre los que se encuentra el Objetivo de Desarrollo del Milenio 3: “Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer”. Es el resultado de movilizaciones de las organizaciones de mujeres y debates en las conferencias de la ONU; durante los últimos 30 años, acordaron que la igualdad de derechos de las mujeres es pilar básico para alcanzar el bienestar social y económico.

Por tanto, para lograr este objetivo se debe aprobar la Ley “Reconocimiento del Trabajo del Hogar en las Cuentas Públicas”, establecido en el Art. 338 de la Constitución Política del Estado, para consolidar lo que dijo Kofi Annan, Secretario General de la ONU, “No hay tiempo que perder si queremos alcanzar los Objetivos del Milenio, solo si invertimos en las Mujeres del Mundo podemos esperar el conseguirlo”.

La autora es Economista,

ex Asambleísta Constituyente.