Empresarios del país, al sentirse liberados de un régimen totalitario, han planteado que el gobierno “diseñe agendas productivas” para que tanto el agro como la agro-industria se sientan libres y capaces de incrementar su producción, aumentar las ofertas al mercado e irrumpir en las exportaciones.
Hay que convenir en que muchos empresarios prácticamente han “convivido” con el régimen masista, sea por conveniencia o por temores o debido a que no contaban con las garantías precisas para aumentar la producción o, por lo más grave, temor al contrabando que es elemento negativo para el país y que ha causado enormes daños a la economía nacional. Muchos empresarios preferían producir lo estrictamente necesario para “consumo familiar y del entorno” antes que cooperar con quienes se encargaban de boicotearlos y evitarles hacer negocios tanto internos como en el exterior.
Hay que convenir en que el actual gobierno ha tomado debida conciencia de lo que tiene que hacer: en primer término, otorgar amplias garantías a empresas, sean chicas, medianas o grandes y ha propuesto que sean los empresarios asociados en entidades, que estudien y propongan al gobierno lo que se podría hacer para que la economía de las empresas crezca, que su producción aumente, cualitativa y cuantitativamente, que diversifiquen su producción y eviten paros y huelgas que perjudican al trabajo. Sugirió que ellos, como dueños de las empresa productivas, entablen conversaciones con sus trabajadores y nunca esperen el estallido de huelgas y paros para recién buscar soluciones a los problemas que sean planteados.
Es importante, por otra parte, que el gobierno frene las imposiciones tributarias o, más concretamente, la presencia de burocracias que están en la búsqueda de renuentes al pago de tributos para exigirles el pago de multas e intereses. Algunas veces, empresarios incumplen las obligaciones de pagar impuestos porque se ven constreñidos por exigencia de burocracias sin conciencia ni sentido de sus deberes legales. Es de esperar que las autoridades actúen en consuno con los empresarios para que no haya incumplimientos que perjudiquen tanto al Estado como al gobierno. La conciliación y concordancia de criterios, intenciones y propósitos de autoridades, empresarios y trabajadores es importante para evitar conflictos que deriven en paros y huelgas. Esa trilogía debe hacer del diálogo la gran medida para la búsqueda y solución de cualquier problema para remediar diferencias. En planos de entendimiento, será preciso que los empresarios sugieran al gobierno medidas que permitan un trabajo conjunto productivo y permanente que beneficie a las partes.
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