El apátrida, también conocido como “apatria”, es definido como: cualquier persona a la que se considera débil destinatario del Estado de un país. Esta situación es atípica de acuerdo con el Derecho Internacional, debido a que éstos renuncian a su nacionalidad, idioma, leyes y cultura. Optan, general y engañosamente, por alguna minoría étnica. En el caso boliviano, se “inventan” neo y para étnicos o de otra índole, para luego “negarlos”. Desde el 21F16 Evo Morales perfiló su actitud apátrida, arriesgando los derechos democráticos y libertad de los bolivianos.
El cocalero que ha tenido en vilo a Bolivia, miedoso y neófito en administración del Estado y política, mantuvo bajo su “ala” sus rábulas nacionales e internacionales para que lo defiendan jurídicamente. En el 20-O no tuvo el coraje de enfrentar -democráticamente- a sus oponentes. Es decir, “degeneró” la democracia. En su “marxismo light”, se inventó una “clase media rural” cocalera para justificar algún enfrentamiento con las armas a las tropas que erradican la coca que va al narcotráfico. No se inmutó ante la pérdida del mar en la CIJ. Expone la demanda por el Silala, admitiendo que parte de éste fluye de manera natural a Chile.
El apátrida -sin dignidad- gritaba a lo cubano: “patria o muerte”, cuando fue el primero en optar por la patria ajena, al buscar asilo, incluso cuando nadie le perseguía porque no había gobierno. Ahora, pendular y colonial “hilvana” hilos (sugerencias) “imperiales” para desmoronar -¿o destruir?- Bolivia. Y es que tiene el apoyo de algunos organismos internacionales que lo consideran de izquierda = víctima del actual gobierno transitorio; considerado de derecha y por ello el “victimario”, ¡la comunidad internacional le está fallando a Bolivia! Por 14 años indujo a una fría indiferencia, una abulia y una tolerancia que raya en la estupidez (ver Pueblo enfermo, en Alcides Arguedas).
Ahora fue inhabilitado como candidato a senador por Cochabamba, por un OEP que actuó en apego a la CPE, ¿muestra a un apátrida en declive? Claro que NO. Excepto que los crédulos de las fuerzas que fungen de oposición al MAS y que se creen un bloque sólido, lo creen. Deshonran al movimiento “pitita” que luchó en las calles para derrocar al apátrida. Qué rápido se olvidaron de su carácter autócrata, de sus rábulas nacionales e internacionales que lo apoyan (¿?) No advierten la metamorfosis del MAS que lo debilita. Algunos dicen, desde su gabinete -encuestas- que el MAS, todavía, conserva su “voto duro”. Por donde se mire, desde la investigación acción -método de investigación popular- el rechazo al apátrida es factico. ¿Cuál voto duro? Su inhabilitación lo exacerba tanto que, como es su costumbre, cobardemente seguirá incitando a la violencia desde cerca, y genuflexo ante los organismos imperiales, desde lejos.
Ahora, busca una “patria”: México, Argentina y Cuba, por razones de salud, dice ¿o por nuevas instrucciones? Sigue despreciando a los campesinos que los metamorfosea en su “voto duro” para “demostrar” –dice- que el MAS tiene apoyo rural. Ingenuamente, los que fungen de oposición, son visibles gracias al movimiento ciudadano que con su lucha en las calles logró derrocar al apátrida. Esos que nunca pudieron, desde 2005, enfrentarlo en las urnas y que son coautores de ese abominable engendro apátrida, creen en el declive del apátrida -excepto CC- y “bailan de una pata”, y es que con su “oportunismo” le están preparando el camino para la vuelta al poder.
El autor es Director del Centro de Investigación, Servicios Educativos y de Comunicación (CISEC).
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