En Bolivia y en el mundo, las mujeres han conquistado espacios donde antes no se imaginaban llegar como gobernantes, directoras de empresas, emprendiendo o debatiendo en la política con decisión clave para concretar objetivos y materializar esperanzas.
También en el hogar, la mujer es la conductora sacrificada de su familia al lidiar sola o con pareja, impulsando proyectos de vida que están a su cargo, la de retoños humanos que se gestaron en su vientre. Una labor por demás valiosa: dirigir el hogar.
Sobre las espaldas de millones de mujeres en la sociedad pesan responsabilidades y preocupaciones cotidianas que las saben sobrellevar en silencio; la gente no ve lo que detrás hacen por aportar a un mejor mañana y tratar de hacer felices a nuevas generaciones.
La lucha por la equidad de género ha logrado avances, pero tiene retos pendientes como la guerra frontal contra la violencia física y psicológica que provoca sentimientos de desesperanza y frustración, terminando en cuadros depresivos que enferman los cuerpos y las mentes de las mujeres, que son fuente de vida y deberían gozar de mejores condiciones de bienestar que no son atendidas por las autoridades.
Una mirada social y consciente hacia lo que pasa aquí y en muchos países, como México, refleja la falta de atención a la calidad de vida de las mujeres que están siendo golpeadas y asesinadas salvajemente por despiadados feminicidas, que en el pasado causaron sufrimiento marcándolas por siempre. Las voces de los ciudadanos piden justicia implacable con firmeza.
Hacen falta nuevas políticas de Estado de los gobiernos que generen una protección hacia un sector femenino vulnerable al que le hace falta empoderamiento, con sed de menos burocracia cuando presenta una denuncia por maltrato. Caminar golpeada y con melancolía de un lado al otro cansa y lo que se logra es abandono de casos con gran posibilidad de que al retornar de nuevo al lado del agresor en casa, éste pueda darle el remate final a ella, que es el pilar fundamental de la familia y la sociedad.
El rol de la mujer es importante en el desarrollo de los pueblos. Al ser asesinadas por los hombres indolentes, cientos de huérfanos (niños o jóvenes) pueden desviar su camino hacia oscuras tentaciones de drogadicción, alcoholismo, prostitución y delincuencia, convirtiéndose en parte de otro círculo de violencia que carcome el desarrollo humano con bienestar de la sociedad.
Según el documento “ABC del desarrollo de Bolivia” de Fundación INESAD, en 1995, la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, que se llevó a cabo en Beijing, marcó un momento decisivo para la agenda mundial en cuanto a equidad de género. Por unanimidad, 189 países adoptaron la Declaración y Plataforma de Acción, y fueron establecidos objetivos estratégicos y acciones para el adelanto de los derechos de la mujer. Otros informes de las NNUU también establecen ese tratamiento. La pregunta es ¿Se ve en los hechos avances de los acuerdos?
Con motivo del Día internacional de la mujer (8 de marzo), este mensaje de reflexión a la conciencia de los gobiernos, autoridades, hombres y padres de familia para dar mejor trato a las mujeres en una comunidad cada vez más decadente de principios y valores, donde las mujeres fuertes de espíritu gritan por menos violencia.
Las mujeres son quienes pueden hacer contrapeso a ese mundo frío, por su gran capacidad de dar amor, y proteger a los suyos como leonas con garras de valor. ¡Fuerza!
La autora es fundadora de Ciudadanos Voluntarios en Acción (Civoac) y Comunicadora Social.
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