El retraimiento creciente de la minería en Bolivia

De 1 al 4 de marzo, en Toronto - Canadá, se desarrolló la convención minera más importante del mundo. La Convención 2020 de la Asociación de Prospectores y Desarrolladores de Canadá (PDAC, por sus siglas en ingles), es el principal evento industrial del mundo minero, que reúne a inversores, ejecutivos mineros, geólogos y funcionarios gubernamentales.

Sudamérica es una región con un enorme potencial minero y así lo entienden nuestros vecinos que han estado presentes en el PDAC 2020. El mejor ejemplo es Perú, que envió una delegación amplia, encabezada por sus principales autoridades del sector Financiero y Minero. Perú presentó una cartera de inversiones mineras por 57.000 millones de dólares, en 48 proyectos mineros en construcción y 64 proyectos en exploración minera, por una inversión de 500 millones de dólares. Acompaña su propuesta el eslogan “Perú Destino Minero”.

Chile, por su parte, arribó con una bandera de “Innovación”, con la frase “País Minero” y que es la mejor opción para los inversores, mostrando una cartera de 40 proyectos mineros. Argentina, aún en su coyuntura ideológica y política actual, ha presentado su propuesta minera; su mejor carta es la provincia de San Juan, con proyectos mineros que esperan mayor estabilidad política y económica para su desarrollo. El enrome Brasil, por su parte, ha mostrado un perfil y una propuesta de desarrollo de una minería sostenible. Colombia y Ecuador también han estado presentes en el evento, mostrando sus potencialidades.

Bolivia parece una “isla”, inmersa siempre en cuestiones políticas, y electoralistas actualmente. A la Convención PDAC 2020 ninguna delegación oficial boliviana asistió, al parecer, por ahora, la promoción de la minería boliviana no es prioridad para el actual gobierno. Revisando los programas de gobierno de los frentes políticos en campaña, se verifica que las propuestas en minería pasan por plantear ajustes en la administración pública, mejorar eficiencia, transparencia, institucionalidad. Otros plantean pasar de lo puramente extractivista, situación en la que efectivamente se encuentra nuestra minería, a la transformación de la materia, en el afán de lograr una minería sostenible.

Algunos proponen la promoción de proyectos mineros, incentivos fiscales, y potenciar la fase de exploración, que obviamente es la que se debe impulsar más en nuestra realidad minera. Se menciona un sistema de concesiones mineras (similar a la década 90). El MAS propone enunciativamente, una mayor exploración, explotación e industrialización, como si el tiempo de gobierno no hubiera sido suficiente. La situación retrotraída de nuestra minería es producto de su administración, los resultados irrebatibles muestran que en catorce años de gobierno no se descubrió ningún nuevo proyecto minero.

El anterior gobierno sí tuvo la capacidad de poner el “candado” a las cosas y esta es la tarea para nuestra clase política; los candados deben ser abiertos, pero no bajo fórmulas del pasado. La minería es parte de la historia de este país y es el futuro impensado por los políticos y gobernantes. Bolivia es un país con un enorme potencial geológico-minero, subexplorado, que debe ser mostrado al mundo con estrategias propias, diseñadas y planificadas cuidadosamente. Nos han dejado un marco jurídico, institucional, social y ambiental complejo, que debemos repensar y rediseñar. Dejemos de ser una isla, de pensar que nuestro potencial geológico-minero es cuestión suficiente para llamar la atención del mundo y dejemos de administrar nuestros recursos naturales con los ojos vendados.

El autor es consultor geólogo.

mayel_sunagua@yahoo.com