Una madre primeriza desconoce algunas circunstancias que eventualmente se presentan al momento de comenzar la lactancia. Una de ellas es la llamada mastitis que ocurre cuando la mama se inflama y si no recibe una atención oportuna puede provocarle infección y ser motivo de hospitalización.
Para conocer esta patología recurrimos a la ginecóloga Esther Lecoña, quien nos explica cuáles son sus síntomas, las posibles causas, los tratamientos existentes y los posibles riesgos que hay tanto para la madre como para el bebé.
“La mastitis es una inflamación en el tejido mamario que a veces conlleva una infección. Esta inflamación provoca dolor, hinchazón, calor y enrojecimiento en los senos. Sumada a una fiebre por encima de los 39 grados, escalofríos y malestar general”, explica la ginecóloga.
Por lo general esta enfermedad afecta a las mujeres que están en periodo de lactancia, pero también existen otras que sin estar dando de lactar presentan este problema, en estos casos hay que buscar el origen del mismo.
SÍNTOMAS
La ginecóloga aconseja tomar en cuenta los síntomas en cuanto aparecen y no restarle importancia, pues el cuadro clínico podría agravarse en pocos días.
1.- Hinchazón en las mamas
2.- Dolor y sensación de ardor de forma frecuente al dar de lactar
3.- Sensibilidad en las mamas o sensación de calor al tacto
4.- Abultamiento en la mama
5.- Enrojecimiento de la piel en forma de cuña
6.- Malestar general
Causas
Entre las causas más frecuentes para esta enfermedad están: la obstrucción del conducto mamario y una bacteria que ingresa a la mamá usualmente mediante algunas grietas que el bebé provoca en el pezón del seno al momento de dar de lactar.
Obstrucción del conducto mamario.- Cuando la mama no se vacía completamente en cada toma, eventualmente se puede obstruir uno de los conductos mamarios. Dicha obstrucción hace que la leche regrese, lo que genera una infección mamaria.
Bacterias que ingresan en la mama.- Las bacterias de la superficie de la piel y de la boca del bebé pueden ingresar en los conductos mamarios a través de una grieta o de varias que puedan abrirse en el pezón.
“Durante la lactancia los bebés pueden provocar grietas en el pezón debido a una mala técnica de lactancia, lo que deriva en que no se vacíen correctamente las mamas e ingresen bacterias como el Staphylococcus aureus y causen una infección”, explica Lecoña.
Según la especialista existe otro tipo de mastitis que no está relacionada con la lactancia y está precisamente es la más peligrosa porque puede estar relacionada con algún tipo de tumor benigno o maligno, por este motivo es sumamente importante acudir al médico cuanto antes.
TRATAMIENTO
Lecoña asegura que este problema se puede detectar mediante un examen clínico y en algunos casos se procede a realizar un cultivo de la leche para tener la certeza del tipo de bacteria que está provocando la infección en la mama.
“El tratamiento para la mastitis en casos de infección es mediante antibióticos que no afectan la lactancia, por el contrario se recomienda no dejar de dar de lactar al bebé para evitar que se congestione aún más la mama. Sólo en casos en que la acumulación de pus es grande se drena”, enfatiza Lecoña.
RECOMENDACIONES
Las mamás primerizas e incluso algunas madres que por falta de práctica han olvidado las técnicas correctas para dar de lactar son las más propensas a tener este problema. A continuación se dan algunas recomendaciones al respecto.
1.- Previo a amamantar se debe limpiar el seno con agua tibia y luego de la lactancia de igual manera.
2.- Vaciar por completo la leche de los senos mientras se amamanta.
3.- Permitir que el bebé vacíe por completo uno de los senos antes de cambiar al otro.
4.- Cambiar la posición que se utiliza para dar de lactar.
5.- Asegurarse que el bebé aprenda a sujetar el pezón en forma correcta para la toma de leche.
6.- Familiarizarse con las técnicas correctas de amamantamiento
7.- Ante la mínima presencia de algún síntoma acudir al médico.
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