Es un hecho que el mal del coronavirus se expande por el mundo sin que haya forma de pararlo. Organizaciones mundiales de salud como países ricos y desarrollados se encuentran en la búsqueda de remedios que permitan solucionar este problema que ya se convirtió en mal invencible; una enfermedad que pueda conllevar otro tipo de males que atenten contra la vida de la población mundial y que ataque todo tipo de actividades.
Países que se consideraban inexpugnables y difíciles de contraer cualquier tipo de enfermedades ya cuentan con víctimas que, de no pararse, pueden expandirse fácilmente. Situaciones de emergencia y prevención han sido declaradas en todo el mundo y hay una especie de prevención mundial contra el mal que emergió en China, no tardó en expandirse debido a que todo viajero que puede trasladarse por aire, mar y tierra, resulta ser portador del virus.
El problema adquiere contornos muy graves porque ya no se trata de contar con mayores presupuestos sino de encontrar, científicamente, remedio o vacunas que eviten la expansión. Todo muestra hasta ahora que las reacciones han resultado tardías porque lo inicial en China se creyó que se trataría de “simples estados gripales, fácilmente superables”, pero la realidad se mostró diferente hasta el extremo de que hasta ahora son miles las víctimas y muchos miles más las que se encuentran en cuarentena.
Entre los habitantes que están en cuarentena están los que se encontraban de vacaciones en los océanos y así están anclados, en diversos sitios, cruceros portadores de miles de turistas, lamentando, además, que parte de los pasajeros ya habría contraído la enfermedad sin que sea posible contenerla, puesto que ya surgieron victimas que murieron por efecto del virus. Por otra parte, grandes buques mercantes, transportadores del comercio mundial, se encuentran anclados o varados en diversos sitos con el peligro de causar serios daños a lo que transportan, puesto que son alimentos y productos perecible que eran trasladados para consumo de los diversos mercados.
El caso adquiere contornos muy graves y sin esperanzas serias de encontrar soluciones inmediatas. Lo grave es que las mayores víctimas son niños, ancianos y mujeres que se ven atacados por el mal que no sería raro que degenere en otras enfermedades que determinen la reaparición de males que habían sido erradicados hace mucho tiempo. Las organizaciones de salud como la OMS, la OPS, UNICEF y otras que atienden la salud de la población mundial se encuentran abocadas a estudiar formas y medios para vencer al mal, pero todo resulta insuficiente. Lo cierto es que, como corolario hasta estos días, el coronavirus ha conseguido la unidad mundial porque toda la humanidad se encuentra preocupada, angustiada y decidida a vencer situaciones de emergencia que han surgido en muchos países. Se tiene la esperanza de que la unidad lograda sea extensible para solucionar otros problemas que atentan contra el ser humano.
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