El temible coronavirus llegó a Bolivia

El mundo ya no es el mismo desde diciembre del pasado año, e ingresando en enero de 2020, las autoridades chinas informaron sobre la presencia de un nuevo tipo de coronavirus, que fue aislado el 7 de enero. Informaron también sobre la secuencia genética de este nuevo virus, para poder desarrollar kits de diagnóstico.

Según información de la OMS, el brote podría haberse originado por exposiciones en un mercado de pescados y mariscos de la ciudad de Wuhan. ¿Cómo surgió exactamente?, todavía es un misterio. Algunos piensan, por imágenes televisivas sobre el aspecto sucio y horrible de este mercado y la mala costumbre de comer animales extraños, y hasta crudos, por parte de los amigos asiáticos, que eso podría haber afectado.

Es una posibilidad a momentos descartada, o el simple contacto con estos animales u otros, salvajes o no, podría haberlos contagiado, debido a excrementos contaminados. Y este nuevo virus acabó destrozando vidas, empresas, el precio del petróleo disminuyó, hubo bajas en la bolsa, cuánto desastre junto.

Estamos en el año 2020, y debemos superar situaciones que parecen estar ancladas en el pasado y hasta desechar viejas costumbres y tradiciones. El año pasado cuando apareció en Bolivia un problema en la población paceña de Caranavi, los medios televisivos advertían sobre la basura acumulada en el pueblo, la proliferación de roedores porque escapaban del cambio climático hacia los pueblos y ciudades. Fue otro el tema, pero debemos aprender a vivir con más limpieza, y en todas partes y si es necesario enterrar también costumbres alimenticias y prácticas con animales, pues puede desencadenar tragedias. Nos referimos, por ejemplo, a tomar mates de lagartijas, sapos y otros brebajes raros.

Ya tenemos el coronavirus en Bolivia, por la actitud imprudente de personas que sabiendo lo que está pasando en el mundo, viajan, se van de paseo, de turismo y peor aún, sabiendo tal vez que estaban infectados, piensan en volver a Bolivia. Nuestra economía es tan débil, nuestras empresas no son tan grandes, no somos potencias para construir rápidamente hospitales de aislamiento, que se lo debía haber hecho en años pasados.

Mantengamos nuestras calles y ciudades limpias, mucha tierra queda de las famosas bocas de tormenta y rejillas tapadas, después de la lluvia tenemos otros microbios volando en el ambiente. Y según reportes científicos, este coronavirus vive más tiempo en el suelo que en el aire, entonces estamos esperándolo con alfombras rojas, estamos a tiempo de lavar y limpiar nuestras calles. Por favor, más basureros de los pequeños para dejar basura y eduquémonos de una vez, pues quienes van escupiendo por la calle o utilizan las aceras como mingitorio, también están contribuyendo a la expansión del problema.

A los especuladores que roban a la pobre gente, como aquellos que vendían 10 barbijos N-95 en Bs. 600 en la Tablada, sanciónenlos drásticamente o clausuren los negocios donde estafan a la gente por el alcohol gel o los barbijos. Ahora tengamos calma, mantengamos las defensas del organismo altas, que nuestras casas y la ciudad estén LIMPIAS, eliminemos posibles focos de expansión e infección. Apliquemos las medidas de seguridad que nos indican y, sobre todo, lo más importante, recemos, pidamos a Dios, de la forma en que creamos en ÉL, que esto no avance, pues solo un milagro suyo podría acabar con este desastre mundial.

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