Analistas
Los analistas Carlos Cordero y Erika Brockmann plantean la institucionalización de los debates presidenciales, aunque se observa el carácter obligatorio que se sugiere desde algunos sectores políticos; asimismo, coincidieron en la importancia de los encuentros entre candidatos de cara a las elecciones generales del 3 de mayo de 2020.
Ambos manifestaron que se constituye en una oportunidad positiva que en este proceso electoral se plantee la realización de debates electorales, para que los candidatos presidenciales y vicepresidenciales expongan sus ideas y programas de gobierno de cara a la opinión pública.
Aunque coinciden en que los debates son importantes en un proceso eleccionario, Brockmann propone la institucionalización de los mismos, para evitar los “debatitis”, sostuvo en el programa Tu Voto Cuenta. “Deberíamos institucionalizar los debates, para evitar los debatitis. Si analizamos los tiempos de un político para asistir a un evento es importante que los debates presidenciales sean momentos estelares, donde se conjugue y se realice una gran coalición de instituciones”, sostuvo la analista.
Debates que debieran ser organizados sobre la base de una gran “articulación” de esfuerzos y voluntades de las instituciones y medios de comunicación, para que se constituyan en espacios verdaderamente de intercambio de ideas.
Por su parte, Cordero difiere del carácter “obligatorio” que algunos sectores de la sociedad civil y políticos han sugerido, porque cree que acudir a un debate o no y decidir con quién debatir, es una decisión “privativa” de las organizaciones políticas y de los candidatos.
“Participar o no en un debate es un cálculo político. El expresidente (Evo Morales) no quería ir a los debates porque sus asesores le decían que iba a salir mal parado y, por lo tanto, iban a perder votos”, explicó el analista político.
En los tres procesos electorales de los que participó el gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) su candidato a la presidencia, Evo Morales, no asistió a ningún debate. El argumento siempre era el mismo, que debatía con el pueblo y con las organizaciones sociales.
Antes de la elección de Morales el año 2005, era una tradición que la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia (ANPB) organizaba uno de los debates que generaba gran expectativa en el mundo político, sin embargo, esta práctica se desvaneció cuando el MAS se negó a acudir a los debates.
Cordero insistió que no es democrático obligar a los candidatos a debatir, porque el sentido del debate es político, es decir, un candidato que está en segundo lugar seguro que buscará confrontarse con su oponente que está primero, pero el que lidera la preferencia electoral por estrategia se mantendrá al margen, manifestó.
Brockmann defiende la organización de debates, pero producto de articulaciones institucionales, porque es un “acto imprescindible y vital para la democracia”.
Un debate es un espacio en el que dos o más candidatos confrontan sus opiniones acerca de uno o varios temas, en el caso específicamente electoral sobre sus propuestas para la administración del Estado.
En tanto, que Cordero cree que la ciudadanía está demandando estos encuentros entre candidatos para mostrar la dimensión de los aspirantes a la presidencia y vicepresidencia.
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