El coronavirus y su impacto en la economía

El coronavirus ha sobrepasado los 100.000 contagios en todo el mundo y cerca de 4.000 personas han muerto por causas atribuidas a la enfermedad, extendida por casi todos los continentes, con excepción de la Antártida. Se cataloga al COVID-19 como una pandemia, y a medida que el virus se expande, crece el temor al impacto que pueda tener sobre la economía mundial, que podría entrar en recesión.

El martes la Bolsa de Tokio cayó en más de un 5%, la de Sidney 7.3%, y en Europa, París caía en un 6,40, igual que Londres, Franckfort -6,43%, Madrid -6,99%, Milán -9.75%. Ante esta situación varios bancos centrales han tomado medidas para apoyar la economía, en tanto solicitan a los gobiernos que promuevan incentivos fiscales. El índice Dow Jones (acciones que se cotiza en las Bolsas) cerró con una baja de 5% desde que la OMS declaró al coronavirus como pandemia, y por el desplome de los precios del petróleo. El FMI pidió una respuesta internacional coordinada para atenuar el impacto económico de la epidemia que restará 30.000 millones de euros a la banca europea hasta 2023, el impacto negativo en los bancos de España y Portugal sería de 3.900 millones de euros.

Hace poco se ha registrado una de las caídas más impactantes en el precio internacional del petróleo. El retroceso se produce en medio de la crisis global por la epidemia de coronavirus, afectando a las principales bolsas del mundo por demanda del crudo. Después de Estados Unidos, China representa más del 16% del PIB global, ha sido históricamente la mayor fuente de crecimiento de la economía mundial, sólo en 2019 su contribución ascendió al 39 %, es el primer importador mundial de materias primas, por lo que en este mercado también impacta el coronavirus. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) prevé que en 2020 el crecimiento de la demanda mundial de petróleo será un 30% inferior de lo previsto, por lo que el aumento del consumo se limitará a 825.000 barriles al día, en lugar de 1,2 millones.

Los ingresos de Bolivia por el gas natural mermarán en los próximos meses por la caída del precio internacional del crudo y el impacto del coronavirus. Nuestro país no está exento de los bajos precios del crudo, que cayeron hasta un 23,84% hace días, en una jornada considerada catastrófica para los mercados externos. El pronóstico en los próximos meses para nuestro país es complejo, por la dependencia de las exportaciones de gas, cuyo precio está indexado al precio internacional del petróleo, que sufrió una de sus peores crisis en los últimos años. De igual manera la baja de los precios de las materias primas recién se la sentirá el próximo trimestre, cuando el Estado reciba los recursos de la venta del gas, que caerá por encima del 30%, ya que los ingresos desde Argentina y Brasil representan el 30% del PGE y la baja en las exportaciones de minerales y otros productos puede disminuir los ingresos y generar complicaciones a la economía boliviana, que depende en gran parte de los ingresos por la venta de gas. Es que los vaivenes del precio del petróleo repercuten de forma directa en el erario nacional.

La caída del petróleo va a significar una rebaja en precios de venta de ambos mercados (Brasil y Argentina). Esto se va a manifestar en distintos tiempos, dado que en el caso brasileño, si tomamos en cuenta el pago de tres meses; el impacto se verá en abril; en el caso de Argentina desde junio, afectando directamente a los ingresos por exportación del gas, porque es en proporción del porcentaje del precio del petróleo. Los efectos se darán en el comercio, turismo, las importaciones y exportaciones, y por otros factores, como la caída de producción en Libia, Venezuela y el aumento de producción de EEUU. Ahora el precio del barril se situó en 31 $us, lo único que beneficia son menores costos en importación de diésel y gasolina.

Por tanto, se debe realizar contratos que no estén ligados al precio del petróleo de exportación, utilizar la energía solar y ver otras fuentes de ingreso para el Tesoro y se tiene que actuar ahora.

La autora es Economista - ex Asambleísta Constituyente.