La expansión del Covid-19, la epidemia podría tener un efecto positivo inesperado en forma de reducción de emisiones. Las agencias espaciales norteamericana (NASA) y europea (ESA) han observado desde finales de enero una “significativa” caída de los niveles de dióxido de nitrógeno en el espacio aéreo chino, como consecuencia del brote de coronavirus.
Es decir, las medidas de cuarentena y paralización de los desplazamientos tomadas por el Gobierno chino para frenar el número de contagios y muertes está suponiendo una menor contaminación y una mejora en los niveles de polución.
Los óxidos de nitrógeno se forman principalmente por la combustión de hidrocarburos. Una fuente de emisión principal son los motores de explosión del parque motorizado, especialmente los que usan como combustible el diesel. El NO2 también se forma por la quema de hidrocarburos para la generación eléctrica. China, en este sentido, es especialmente dependiente de la quema de carbón, una fuente muy contaminante, para la generación de electricidad.
No existen de momento gráficas para las emisiones de CO2, principal gas de efecto invernadero, pero la asociación entre NO2 y dióxido de carbono está clara en la literatura científica y es evidente la relación entre la la disminución de un gas y de otro, por lo que de suponer que la aportación de China al calentamiento global, vía CO2, también ha disminuido en estas semanas.
La NASA ha publicado varios mapas donde se comparan los niveles de polución entre el 1 y el 20 de enero y entre el 10 y el 25 de febrero. También han compartido imágenes aéreas tomadas por satélites e instrumentos de las agencias espaciales donde también se comparan los niveles de polución en Wuhan entre enero y febrero de 2019 y los de 2020. En todas ellas, la diferencia salta claramente a la vista.
“Esta es la primera vez que veo una caída tan dramática en un área tan amplia para un evento específico”, ha afirmado Fei Liu, investigadora de calidad del aire en el centro de vuelo espacial Goddard de la NASA.
*Publicado por Diario El Ágora / Nicolás Pan-Montojoñ
La NASA muestra imágenes de satélite que prueban el descenso de emisiones de óxidos de nitrógeno que ha experimentado China desde la crisis del coronavirus. El parón de actividad industrial tiene un inesperado efecto en el medio ambiente y la atmósfera.
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