En los casi 200 años de historia, en el territorio que constituye la nación boliviana se registraron epidemias de catastróficos alcances, que costaron miles de vidas y daños económicos de gran consideración. Esos resultados se debieron principalmente a la falta de previsión de los gobiernos, carencia de atención médica por inexistencia de hospitales, medicinas y diversos recursos para evitar su extensión y desarrollo.
Se destaca que la única oportunidad en que se adopta medidas oportunas para frenar la propagación de enfermedades contagiosas, es la que está protagonizando en momentos actuales la población boliviana sobre la base de medidas que está aplicando el gobierno nacional, pese a que la situación del país se encuentra en estado crítico debido a fala de responsabilidad del gobierno de Evo Morales y compañía, expulsado por el pueblo en noviembre pasado.
Tres grandes calamidades, sin contar la presente, se registraron en el curso de la vida de Bolivia, tragedias que devastaron a la población y perjudicaron su crecimiento y, al mismo tiempo, afectaron a la nacionalidad, poniéndola en situación crítica. Esa historia es oportuno recapitularla, con motivo de la presencia del coronavirus, prolongación de la pandemia que afecta a la humanidad sin respetar fronteras, credos ni esfuerzos.
El primer caso se registró en el año 1800, como efecto del régimen colonial. Esa epidemia duró nada menos que cuatro años con presencia del cólera. Ese mal siguió a una sequía, a la que siguió la hambruna que asoló campos y ciudades. Ese fenómeno se presentó después del levantamiento de Túpac Katari y la ruina de la economía tras cien años de saqueo de las riquezas naturales y parálisis de la agricultura y minería.
Una segunda gran epidemia se presentó en 1879, en vísperas de la invasión chilena al Litoral. La infección era el microbio de la fiebre bubónica, infección que entró a Bolivia en cargas de trigo, ratas y alimentos que se importaba de Chile.
Esa epidemia empezó con una sequía general, a la que siguió la hambruna. En los campos murieron más de 30 mil indígenas y cantidad similar en las ciudades. El Tesoro nacional estaba en quiebra; la agitación política amenazaba al gobierno de Hilarión Daza, Chile preparaba la invasión a Antofagasta. Un diario de entonces informa: “En los primeros días de 1879 fueron recogidos de calles de Cochabamba más de 200 cadáveres que perecieron de hambre y enfermedades. De las provincias se reportaba largas listas de muertos”.
Finalmente, otra gran epidemia fue la llamada “gripe española” que atacó a la población boliviana en 1920 y causó más de 60 mil muertos.
Al presente, el país enfrenta la cuarta gran epidemia con un virus de suma gravedad. Sin embargo, debido a enérgicas previsiones oficiales, conocimiento público, difusión de campañas por medios de comunicación y otros, es posible que el mal llegado de China no tenga efectos parecidos a los tres anteriores casos.
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