Según FMI
La economía boliviana no pasará un momento en esta gestión, ya que todos los datos que presentan los organismos internacionales apuntan a una recesión, y las proyecciones de crecimiento del Fondo Monetario Internacional (FMI) así lo indican, al estimar una cifra de
-2,9% el producto Interno Bruto para 2020, pero también es optimista al señalar que para el 2021 crecerá a 2,9%.
El desempleo llegará a 8%, superior a los registrados en pasadas gestiones, que en promedio estaban en 4,5%, pero se espera que en 2021 baje a 4%, mientras los saldos en cuenta corriente serán negativos, en la presente y la próxima gestión.
Bolivia, al igual que las economías vecinas y regionales, sentirán los impactos negativos de la pandemia del coronavirus, y por ello organismos internacionales proyectan un aumento de la deuda tanto interna como externa para reactivar el aparato productivo e inyectar liquidez a las empresas y a las personas.
Ya se anunció que el Gobierno gestiona de varias entidades internacionales créditos que llegan a los 1.000 millones de dólares, y los organismos mundiales ofrecen líneas de crédito para luchar contra el virus y reactivar la economía.
El nuevo informe del FMI señala que la crisis en salud, provocado por la pandemia del coronavirus, ocasionará una contracción brusca de la economía en un -3% en 2020, mucho peor de la crisis financiera de 2008-2009.
En un escenario de referencia, que supone que la pandemia se desvanece en la segunda mitad de 2020 y la contención pueda ser gradualmente desenrollado, la economía global se prevé que crezca un 5,8% en 2021 a medida que la actividad económica se normalice, ayudado por el apoyo de políticas.
La incertidumbre es elevadísima, señala el informe, ya que la recuperación dependerá de la evolución de “los cambios en el comportamiento de los consumidores, el drástico ajuste de los mercados financieros, las pérdidas de productividad, la confianza de los consumidores y la extrema volatilidad de los precios de” las materias primas”.