Rolando J.E. Garvizu Meza
Tras evidenciar los eventos que se están suscitando en el planeta, como epidemias, inundaciones, incendios y otros fenómenos, es hora de que la sociedad despierte, pues a estos hechos no podemos verlos como problemas aislados. En su gran mayoría, todos estos problemas testifican que la acción del hombre es la responsable y genera eventos cada vez de mayor intensidad.
La destrucción de los hábitats, contaminación y degradación de los ecosistemas y un consumo masivo que afectó los sistemas de soporte vital del planeta, ya están exhibiendo sus efectos y los impactos negativos ocasionados por los mismos.
Es hora de darnos cuenta de que el planeta Tierra está enfermo. Al destruir la biósfera solo con fines económicos, estamos atentando contra nuestra vida misma. Seguir esta ruta nos llevará al suicidio. Hasta ahora seguimos pensando que los problemas ambientales son aislados, cuando en realidad los ecosistemas que forman parte del planeta son sistemas abiertos de intercambio constante. Podemos decir que al seguir destruyendo la naturaleza, nos destruiremos a nosotros mismos.
Este es el mayor reto de la generación actual: modificar nuestros hábitos de consumo, nuestros sistemas de energía, nuestra manera de distribución de recursos y asimilar que éstos son finitos. Muchas personas hablan de salvar el planeta de los impactos de la actividad humana, hay que comprender que el planeta no se destruirá, lo que sí sucederá es que se modificarán las características de la vida que ahora conocemos y los que más sufrirán serán los países de menores recursos económicos.
El cambio debe partir de todos en general, pero es esencial que los gobernantes sean los principales patrocinadores del mismo.
Esta epidemia que ahora aqueja a la humanidad ha evidenciado que se requiere cambios urgentes y adecuados dentro de los hábitos de consumo, uso de recursos y políticas que guíen nuestras actividades.
Una de las principales políticas a cambiar debe estar enfocada a no permitir más la destrucción de nuestros ecosistemas, promoviendo otros medios de sustento económico como el turismo o la tecnología. Además se puede buscar el apoyo económico mundial, por medio, por ejemplo, de los bonos de carbono, evitando de esta forma afectar más ecosistema en el territorio nacional por la deforestación. De esta forma podremos asegurar la generación de oxígeno y la purificación de aire dentro de los ecosistemas ubicados en el territorio, que será nuestro aporte a todo el planeta.
Estas nuevas políticas se deben traducir en dar mayor importancia al tema ambiental en todos los proyectos que ya se viene desarrollando y los que se desarrollarán a futuro.
Es evidente que en la actualidad, la temática ambiental en el país es tomada como la quinta rueda del carro, pues solo se le da algo de importancia cuando los organismos financiadores exigen el cumplimiento de ciertas normativas. Si estos financiadores no presionaran, las autoridades nacionales no le darían la importancia que merece.
Esta falencia se puede deber a diferentes motivos, como la falta de preparación e idoneidad de las personas que ocupan los cargos, o el sometimiento a intereses económicos de grandes consorcios que, velando por su propio beneficio económico, presionan para la flexibilización en las normativas a cambio de prebendas directas o indirectas, o llegar a la anulación de las mismas o la aprobación de nuevas normas que solo benefician a algunos consorcios de manera disimulada, con el justificativo de mejoras económicas.
Algunos actores políticos se precian de haber aprobado muchas leyes que ayudan tanto a la población en general como al medio ambiente, en particular, pero debemos recordar que no es suficiente aprobar normas, sino hacerlas cumplir, aspecto en el que siempre nos quedamos cortos.
Además, también pecamos de aprobar leyes tras leyes, sin tomar en cuenta que muchas de éstas se contradicen y por consiguiente generan vacíos jurídicos que son aprovechados para seguir depredando la naturaleza.
Por lo señalado urge realizar una detallada revisión de toda la normativa referida al cuidado ambiental y aprovechamiento de los recursos naturales, para luego formular nuevas normas integrales y específicas, con sanciones claras y adecuadas para asegurar la conservación de la biosfera.
No nos queda mucho tiempo antes de que los problemas ambientales se conviertan en un tema irreparable. Como país podemos ser ejemplo de que se puede generar cambios, pero para ello debemos actuar a la brevedad posible.
El autor es ingeniero en Medio Ambiente y Ecología.
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