Virtualidad y maneras de combatir el encierro
La pandemia ha provocado una serie de efectos no previstos y que determinan que el mundo posterior a la peste sea diferente. De hecho los gobernantes debe tomar medidas orientadas a ese mundo que se viene y respecto del cual la muerte que trae el coronavirus no ha igualado, lo que permite enfrentar una etapa post moderna desde un punto de vista compartido gracias a la globalización y que permitirá que reduzcamos brechas importantes existentes con el primer mundo respecto al cómo vivir comunicados en cuarentena.
En la ciudad de La Paz -no tengo información fidedigna de otros departamentos- ante la suspensión de las clases presenciales en los colegios de primaria y secundaria del sistema privado, la respuesta fue el envío de materiales de enseñanza a través de internet, continuando de esa manera el ciclo de enseñanza aprendizaje.
Clases y tareas en un ambiente virtual, para niños y jóvenes que no temen el uso de los ordenadores, fue la respuesta práctica ante las pretendidas vacaciones forzadas que impuso la cuarentena. Si a esto sumamos la presencia de los padres en el escenario, tenemos como resultado a los menores aprendiendo y por lo tanto formándose, a la familia reunida y con posibilidades de estar más unida que antes.
Como siempre, hay quienes no están de acuerdo con nada; sé que muchos dirán que gran parte de la población escolar de Bolivia no es partícipe de estos adelantos y que, por lo tanto, estas medidas no sirven. Por lo que recuerdo, los profesores de entidades estatales, urbanas y rurales recibieron equipos del Estado. ¿Qué será de ellos?
Será el Estado el que debe enfrentar esta necesidad de hacer llegar la tecnología al campo y modernizar el país, después de catorce años de tratar de volver al incario con una Constitución que desprecia a la civilización occidental, en aras de prácticas de hace quinientos años.
Hemos dejado atrás el oscurantismo del que se vanagloriaba el gobierno anterior y corresponde retomar otra vez el camino al progreso, en consonancia con el mundo, pues está demostrado que somos parte de él. Justamente nuestros muertos deben el inicio de esta peste a esa vinculación que tenemos en estos tiempos con el resto de millones de seres humanos que conforman nuestro universo y que pueblan el planeta azul, la tercera roca de nuestro sistema.
Las grandes potencias han demostrado que el trabajo desde las casas es posible y están ya implementando esas nuevas prácticas. Bolivia, con una economía informal mayoritaria, con mayor razón podrá llevar todo su aparato de burócratas a ese nivel y el resto de los informales estarán como siempre, cual ratoncillos corriendo de lado a lado tras el pan del día, hasta que exista desarrollo real.
La virtualidad ha ganado terreno como nunca y se ha mostrado que la mejor manera de no contagiarse enfermedad alguna, de bajar la polución y de respetar los derechos de los otros, es a través de la no interacción social, el volver a la familia y dejar de lado a los "pata de perro" de los que tanto nos vanagloriábamos antes de la pandemia china.
Estabilidad laboral desde la casa, campos de encuentro social con base en contacto virtual, enseñanza por internet, administración de servicios públicos por la misma vía deberían ser los logros en el corto plazo para el gobierno del país, cualquiera sea electo.
Dentro de este esquema, hay gente que rema contra la corriente del río, es evidente. Uno de ellos es el Rector de la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca, ente educativo que se ha caracterizado en estos últimos años por enseñar a través de la web, poniendo la educación pos gradual al alcance de toda Bolivia, ejemplo que ha cundido en el país, y que ha traído un acercamiento de los grados de Magister y Doctor a los profesionales, que desde sus computadores, incluso de sus celulares, son parte de una nueva generación de graduados.
Pese al tiempo que esta antigua universidad venía avanzando con el país y sus profesionales, ha dado un paso atrás y ha suspendido y declarado en cuarentena su actividad a través de internet, justo ahora, cuando las bondades de lo hecho eran más patentes.
La declaración de cuarentena virtual en este centro de estudios es un retroceso, un grave error y muestra cuán desubicado puede ser el hombre, de querer ir contra la historia.
La virtualidad es un gran paso hacia el futuro y lo hemos dado en Bolivia con la guadaña sobre nuestras cabezas, a fin de preservar la vida. Y ese logro, que tuvo y tiene un costo tan alto, no se debe perder.
El autor se divertía de sobremanera con las clases de doctorado y ahora lo han aislado sin motivo.
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