El coronavirus triplica el “rol de las mujeres”

La Constitución Política del Estado en el Art. 338 determina: “El Estado reconoce el valor económico del trabajo del hogar como fuente de riqueza y deberá cuantificarse en las cuentas públicas”. Desde la imposición de los roles de género hay responsabilidades que son asignadas casi en exclusividad a las mujeres, por el simple hecho de serlo. Esto responde a la estructura patriarcal que se mantiene y de la que aún no hemos logrado salir.

La directora de la División Intergubernamental, de Políticas y de Programas de ONU Mujeres, Sarah Hendricks, indica que en América Latina las mujeres representan el 74% de las empleadas en el sector social y sanitario, son defensoras comunitarias, están en las primeras líneas en servicios básicos, en los supermercados, farmacias, en el aseo, están en la respuesta muchas lideresas, sin embargo, muy pocas en puestos de decisión.

El Covid 19 en Bolivia tiene efectos en relación con el sostenimiento de la vida, porque las mujeres mayoritariamente prestan servicios en el sistema sanitario, como doctoras, enfermeras el 85%, servicio en general y corren riesgo inminente de contraer el contagio, porque carecen de bioseguridad, cuando los sistemas sanitarios están saturados. Se añade mayor carga con el cuidado en el hogar y recae generalmente en mujeres. Nos referimos al cuidado de enfermos y de adultos, a preparar la comida de toda la familia tres veces al día, lavar la ropa, limpiar la casa, ver que los hijos hagan su tarea, ir a comprar los alimentos con MAYOR riesgo de contagio por la precariedad sanitaria.

La carga invisible del coronavirus sobre las mujeres magnifica la desigualdad de género y alerta que la independencia de muchas mujeres es víctima colateral de esta emergencia sanitaria. Sin la opción de las guarderías, jardines y colegios, algunos niños están con los abuelos (principal grupo de riesgo). Hay actividades feminizadas porque el 90% de las personas que hacen limpieza en los hospitales son mujeres, 85% cajeras de supermercados, 90% limpieza de las calles; ellas que están en la cadena más baja de la economía, ganan menos sueldo y son las que tienen mayor riesgo laboral, social y sanitario.

En este tiempo del Covid 19 hay violencia y feminicidios, porque el potencial de riesgo se agudiza, especialmente en trabajos informales que generalmente realizan mujeres, con efectos perniciosos de medidas como cuarentenas o confinamientos. En tal situación, las mujeres sin poder lograr un sustento y cubrir necesidades básicas de sus familias, son obligadas a salir a las calles, la mayoría son jefas de hogar, trabajan en el sector informal y tienen menor seguridad en los ingresos. Muchas de ellas son además de madres, cuidadoras de otros miembros de la familia, con carga pesada en el ámbito de los cuidados, que ya era desproporcionada antes de la emergencia. Y ahora con estrés por miedo a la pandemia, mostrándose más la desigualdad de género.

Lamentablemente desde el 21 de marzo al 14 de abril la Fiscalía registra 545 casos de violencia familiar durante la cuarentena, es decir; que en promedio cada día se registran 24 casos, cuyas víctimas principalmente son mujeres y niños. La mayor incidencia se registra en Santa Cruz con 221 casos, seguido de La Paz con 105, Cochabamba 82, Beni 56, Potosí 23, Tarija 20, Chuquisaca 16, Pando 11 y Oruro 11.

Exigimos a las autoridades de alguna manera que se cumpla el Art. 338, “reconocimiento del trabajo del hogar de las Mujeres”, con enfoque de género en la respuesta, con reparto realmente igualitario en el cuidado de los hijos o las tareas del hogar. En caso contrario, seguirán siendo las mujeres las que tengan que hacerse cargo de la educación, de que haya comida para la familia. Además, que se incluya desde la distribución de equipos protectores pensados en el cuerpo femenino y "flexibilidad" a nivel laboral para las mujeres que necesiten quedarse al cuidado de otras personas durante la emergencia sanitaria. Se debe garantizar que las mujeres tengan voz en la toma de decisiones, porque las mujeres a nivel local pueden desempeñar un papel muy importante.

La autora es Abogada, ex Asambleísta Constituyente.