Lucas Restrepo
Una investigación sobre el impacto del Covid-19 sobre los sistemas alimentarios será vital para soportar la crisis, acelerar la recuperación y mejorar el desempeño entre agricultura, nutrición y medio ambiente, según Juan Lucas Restrepo, director general de la Alianza.
El cese global de operaciones económicas ha alterado los medios de subsistencia de una cifra inconmensurable de millones de personas, poniendo en peligro la seguridad alimentaria y nutricional de la población más vulnerable del planeta.
Las estadísticas antes de la pandemia nos mostraban que unos 800 millones de personas ya padecían de hambre, y esa cifra podría duplicarse como un efecto colateral de la pandemia, según señala la nota de prensa de la entidad internacional.
Es por ello que la Alianza de Bioversity International y el CIAT está respondiendo con una serie de acciones de corto a largo plazo que parten de nuestra experticia en sistemas alimentarios y nuestra extensa red de socios en todo el planeta.
Los retos globales sin precedentes que plantea la crisis del COVID-19 han llegado a cada esquina del planeta. Si bien detener la trágica pérdida de vidas humanas es todavía nuestra prioridad colectiva global, otra crisis inminente ya se hace evidente: un aumento alarmante en la población que padece de hambre, señala el documento.
Como custodios de las mayores colecciones de fríjol, yuca, forrajes tropicales y banano del mundo, los bancos de germoplasma de la Alianza en Colombia y Bélgica han seguido funcionando para garantizar acceso a las semillas y germoplasma, que están disponibles para los agricultores en todo el planeta que necesitan sembrar sus campos.
“Nuestros trabajadores nos cuentan sobre la labor que vienen realizando para mantener vivas durante estos tiempos difíciles las colecciones de ambos bancos, que pertenecen a unos 150 países”, asegura.