La humanidad agredida

Casi todos los países del mundo están padeciendo la agresión de un virus SARS COV2 o como lo bautizó la OMS “COVID-19”, para el que no tenemos ninguna vacuna que pueda prevenir este mal. Es cierto que los seres vivos en la naturaleza viven entre bacterias, virus, ácaros, etc., que son parte de la función biológica, algunos benignos y otros no tanto, pero algunos virus o todos tienen la capacidad de mutar, es decir, transformar su contenido de alguna manera y el “corona virus” es precisamente una mutación, pues es resultado de la familia de virus que afectan al sistema respiratorio.

En los tiempos actuales del extraordinario desarrollo de la ciencia y técnica, que nos aproxima a cuerpos celestes que nos permiten comunicación con todo el mundo, que nos ha liberado en buena medida de otras enfermedades que antes liquidaron a millones de seres humanos, aparecen estas agresiones a la salud que trasforman la vida de los seres del mundo.

Es también cierto que el ser humano, mal denominado “rey de la naturaleza” o “rey de la creación”, es el que está agrediendo precisamente a la naturaleza, primero con una sobrepoblación que alcanza a 7.000 millones de individuos, y que se proyecta en veinte años a 15.000 millones, desafiando la capacidad de producción de la tierra, además de la contaminación del medio ambiente, es otro de los riesgos para la humanidad.

En el país más poblado del mundo, la China, es donde se ha originado el virus que casi ha paralizado la movilidad normal del planeta, como una suerte de aviso a la naturaleza sobre los riegos que amenazan nuestra casa, la tierra y, por consiguiente, a los seres vivos.

Ahora los gobiernos de los países afectados por el COVID-19 están en procura de enfrentar la pandemia, algunos no la tomaron en serio y otros tomaron medida oportunas, como declarar cuarentena total para los habitantes, esta medida radical evita la interacción de los individuos y su contagio, pero tendrá resultados muy duraderos en el orden económico y su resultante social.

“Quedarnos en casa” es la consigna para evitar el mal, después veremos las políticas para recuperar algo de lo perdido. Dios salve al mundo.

El autor es Abogado, Politólogo, Escritor.