Es doloroso para todo habitante racional del país comprobar que haya dirigentes políticos en el partido MAS que hacen del insulto y la diatriba un medio de vida, una forma de hacerse sentir y de mostrar derechos que no tienen para dirigirse a los bolivianos y, como en un pasado de casi l4 años, hacerle creer al pueblo lo que no es. Así Evo Morales se ha permitido sugerir que “parte de su pensión como ex presidente se destine a paliar los problemas generados por el coronavirus”. Al respecto, la comunidad nacional se pregunta: ¿Con qué derecho expresa tal desatino? Él habla de tener un derecho que cabría que reconocerle si es que hubiese obrado decente y honradamente durante el tiempo en que fue dictador y manejó de manera festinatoria los dineros del país.
Por su parte, su ex Ministro de Economía habla de “repatriar las fortunas depositadas en bancos extranjeros y destinarlas a socorrer a damnificados del virus”. ¿Cómo se atreve a semejante desatino cuando él ha sido el autor del despilfarro cometido y los gastos corruptos e irracionales cometidos durante casi l4 años en el gobierno del país? ¿Con qué autoridad moral puede sugerir algo sobre lo que no tiene ningún derecho? ¿Por qué él no hace devolver siquiera una parte de todo lo que salió ilegalmente del país?
Está visto que la irracionalidad es parte de la vida de quienes han manejado festinatoriamente el país y sin ningún respeto o consideración formulan propuestas totalmente ajenas a la moral cuando en un acto de conciencia, reconociendo lo mal que obraron, podrían devolver un mínimo siquiera de lo sustraído de las arcas nacionales. Con la misma ignorancia y buenas dosis de estupidez, sus partidarios pretenden, en el diario vivir, crear y organizar hechos contrarios a las leyes para boicotear al gobierno, hacer exigencias absurdas y que no corresponden; además pronuncian amenazas y dan criterios, especialmente en el Parlamento, sobre asuntos y hechos que solamente les convienen a ellos y no tienen relevancia para el país.
Lo grave de esta situación es que hay gente que cree en lo que dicen sus dirigentes masistas bajo la creencia de que “aún podrían cumplir sus promesas de obrar bien”; pero lo cierto es que nadie les cree porque el pueblo ha sido víctima de las mentiras y los engaños, del gasto irracional, de la corrupción sembrada en quienes les creyeron. El pueblo fue testigo, por otra parte, del descalabro en que dejaron al país masistas que pretenden volver a desgobernar.
Son, pues, el país y sus instituciones públicas y privadas los que juzgan lo mal que se portaron quienes asumen derechos perdidos y que para reconquistarlos tendrían que pasar muchos años, previos los juicios en que deberían ser sancionados severamente. Los dirigentes y una parte de militantes del MAS tendrían que tener conciencia y actuar conforme a las leyes, evitando los extremos que Bolivia debe soportar. Pero ellos actúan atenidos a que cuentan con parlamentarios ajenos a la institucionalidad y a los derechos de la población que los juzga con mucha crudeza, por los muchos delitos de que fueron protagonistas.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |