La indisciplina, la falta de criterio, la ignorancia y la irresponsabilidad de muchas personas hacen que la cuarentena en que estamos se vaya a prolongar indefinidamente. Contrariamente a lo que se creía, no todo el pueblo hace caso a las incitaciones del gobierno para mantener prudencia y cuidado en su vida; las prevenciones han sido muchas y los ejemplos claros y terminantes que mostraron los casos que aumentan en el día a día y las muertes que se producen. Se ha insistido en que el país no cuenta con todas las instalaciones hospitalarias y menos con los implementos necesarios; pero, que todo ello será salvado con la buena voluntad de la propia población y la entrega de médicos y enfermeras que trabajan con algún personal de apoyo pero no siempre en las condiciones más apropiadas inclusive para su propia seguridad.
Esta es realidad que vive nuestro país y aunque en el concierto de las naciones que padecen el mal tenemos la menor cantidad de víctimas, su presencia resulta determinante para que mucha gente sufra y padezca la ausencia de familiares que contrajeron el mal o aquellas que se encuentran entre los contagiados. El problema adquiere cada día dimensiones jamás pensadas; pero, todo muestra que parte de la población no ha entendido a cabalidad la gravedad de los contagios y menos ha comprendido que debe tener cuidado y tomar previsiones para evitarse problemas muy graves para su salud y su vida, al margen de que pone en serio peligro a sus familiares que podrían contraer la enfermedad y, además, convertirse en un nuevo transmisor del virus.
Las personas que actúan irresponsablemente creyendo que son inmunes a la enfermedad actúan insolidariamente y de mala fe con su prójimo que no debe ser expuesto a contagios peligrosos. Es gente que merecería acciones punitivas de la ley porque lo que hacen es un delito ya que se trata de francos atentados contra los derechos de los demás. El gobierno, conjuntamente el Poder Judicial debería actuar enérgicamente contra los que, con su conducta, atentan contra el bien común.
Como se presenta el desarrollo de la enfermedad, corresponderá que se prolongue la cuarentena indefinidamente y cuando amaine la tempestad de los contagios, recién permitir la restitución de algunos derechos; no obrar consecuentemente con la presencia del coronavirus en la vida de la colectividad es ser permisivos e indiferentes, que puede tener consecuencias funestas para el pueblo, especialmente para niños y ancianos, que son los más susceptibles y débiles.
Es urgente que la población tome conciencia de la realidad y acate disciplinadamente las instrucciones preventivas; de otro modo, tendrá que atenerse a las consecuencias dispuestas por las leyes al margen de contraer el mal que muchas veces puede derivar en la pérdida de la vida. No puede ni debe haber contemplaciones de las autoridades con quienes infrinjan las disposiciones preventivas a riesgo de que cundan los ejemplos y haya que tomar medidas más drásticas contra los infractores.
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