Daniel Navajas Orellana
Debemos iniciar esta nota conociendo, primeramente, a que nos enfrentamos para implementar nuestro escudo sanitario en la actividad aeronáutica y buscar la manera de minimizar los riesgos para pasajeros, operadores, usuarios y trabajadores en general de esta actividad.
El portal Bolivia Segura, pagina Sitio oficial del Gobierno de Bolivia sobre el COVID-19, indica de una manera resumida que el COVID-19 es una enfermedad infecciosa causada por el coronavirus que se ha descubierto más recientemente. Causa infecciones respiratorias que pueden ir desde el resfriado común hasta enfermedades más graves como el síndrome respiratorio.
Muchas de las personas que se infectan de COVID-19 padecen una enfermedad leve y se recuperan, pero en otros casos puede ser más grave.
Por su parte la Organización Mundial de la Salud señala que los coronavirus (CoV) son una amplia familia de virus que pueden causar diversas afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como ocurre con el coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el que ocasiona el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV). Un nuevo coronavirus es una nueva cepa de coronavirus que no se había encontrado antes en el ser humano.
Las recomendaciones habituales para no propagar la infección son la buena higiene de manos y respiratoria (cubrirse la boca y la nariz al toser y estornudar) y la cocción completa de la carne y los huevos. Asimismo, se debe evitar el contacto estrecho con cualquier persona que presente signos de afección respiratoria, como tos o estornudos.
Esta pandemia afectará a todas las actividades, entre las cuales la industria aérea es una de las más golpeadas por las consecuencias del coronavirus, junto con la hotelera, los bienes y el comercio minorista. Según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), el sector aeronáutico podría perder unos US$ 29.300 millones en 2020 y nuestro país no está fuera de ese fenómeno que provocará la pandemia.
De acuerdo con la consultora especializada Ascend by Cirium, a mediados del mes de abril pasado había unos 17.000 aviones estacionados en unos 900 aeropuertos de todo el mundo, lo que representa un 60% de la flota global, según datos de la consultora internacional especializada en el sector aeronáutico Cirium.
La pregunta, ahora que se atisba el fin del confinamiento, es cómo emprenderán el vuelo y cómo habrá de cambiar el transporte aéreo hacia su vuelta a los cielos en el mundo y en Bolivia.
Desde luego, la atención comienza a centrarse en el futuro y en cómo las líneas aéreas y los aeropuertos esperan regresar gradualmente a algún tipo de normalidad o a la nueva normalidad. Hay varios desafíos obvios de logística, como, por ejemplo, se necesita preparar los aviones para volver a volar y los aeropuertos para recibirlos.
Mantener a las aeronaves paradas significa también un reto desde el punto de vista del mantenimiento de los motores, los sistemas hidráulicos, eléctricos, pago de estacionamiento y seguridad, etc., que involucran gastos por parte de las aerolíneas que lógicamente no estaban contemplados.
Algunos de estos aviones se han mantenido listos para volar de inmediato. Otros han estado realizando vuelos de carga o repatriaciones. Pero muchos de los aviones estacionados necesitarán una preparación de al menos una semana para volver a volar y necesitarán obtener certificados para verificar nuevamente que cumplen los estándares de seguridad, ya sea emitidos por fábrica o por la Autoridad de Aviación Civil (AAC) de cada Estado miembro de la Organización de Aviación civil Internacional.
También será necesario volver a programar los slots o tiempos en aeropuertos y preparar el personal disponible, tanto de la línea aérea como del aeropuerto para realizar la operación aérea.
Pero una vez resuelto el problema de cuándo volar, surgirá la pregunta de cómo volar. Quizás el asunto que está provocando el mayor dolor de cabeza a los expertos es cómo mantener el distanciamiento social en un avión o en un aeropuerto y la forma de desinfección tanto en aviones como en las estructuras civiles de los aeropuertos.
A nivel internacional, algunas líneas aéreas ya están trabajando con protocolos y nuevas tecnologías de desinfección, que pretenden brindar cabinas saludables para cumplir con las expectativas del pasajero.
Por ejemplo, una línea aérea norteamericana está utilizando procesos de desinfección en sus aeronaves, para lo cual se utiliza pulverizadores electrostáticos para desinfectar las cabinas de sus aviones, expandiendo de manera agresiva el procedimiento de limpieza previo a la operación aérea.
La pulverización electrostática proporciona una forma segura y efectiva de limpiar a fondo la cabina de un avión desde el piso hasta el techo, desinfectando las áreas de circulación y áreas frecuentes.
Este desinfectante de alto grado es altamente efectivo contra muchas enfermedades transmisibles, incluidos los coronavirus, y es inmediatamente seguro para que los clientes y la tripulación después de su aplicación puedan abordar. Estos rociadores cargan y dispersan eléctricamente el desinfectante líquido en una fina neblina que se adhiere a superficies como asientos, pantallas de respaldo, reposabrazos, bandejas, puertas, lavabos y galeras en todo el interior de la aeronave.
En el país, la Dirección General Aeronáutica Civil ha emitido una serie de comunicados sobre procedimientos operacionales para la autorización de vuelos sanitarios y humanitarios, pero creemos que también se debe implementar, junto con las autoridades de Salud, los procedimientos y protocolos de desinfección en el interior de las aeronaves de bandera boliviana, así como en los aeropuertos y terminales aéreas del país.
Actualmente se ha implementado protocolos en los aeropuertos del país, implementando cabinas de desinfección o sanitización junto con otros procedimientos de desinfección, sin embargo, se debe optimizar los mismos, pues la cantidad de pasajeros y usuarios ahora es mínima, pero cuando sean iniciadas las operaciones aéreas aumentará y el pasajero tendrá que lidiar con más controles de seguridad, haciendo que su experiencia aérea sea “estresante” y demorará más tiempo de lo que podría prever.
De todas maneras, las autoridades del país, líneas aéreas, las empresas administradoras de los aeropuertos y en general la industria aeronáutica en el mundo intentan crear un escudo aéreo contra el coronavirus.
Y a futuro tanto el diseño como la operación que se realiza en un edificio terminal aeroportuaria cambiarán.
El autor es Master en Diseño y Gestión de aeropuertos.
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