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Productores orgánicos esperan apoyo

Gobierno y agroindustria del oriente buscan consolidar uso de transgénicos



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Mientras el apoyo al sector agropecuario del oriente viene de mano con la autorización de pruebas de nuevas semillas transgénicas, el occidente aún no ve el respaldo de parte de las autoridades nacionales, y por ello sigue el debate en el uso o no de productos genéticamente modificados, cuyo principal argumento apunta a la productividad y seguridad alimentaria, pero también el sector tradicional asegura alimentos sanos sin agroquímicos, en especial el glifosato, para el mercado nacional e internacional.

Por ejemplo, los productores de quinua rechazan el ingreso de transgénico a Bolivia, según el presidente de la Asociación Nacional de Productores de Quinua (Anapqui), Nelson Ramos, informó la cadena televisiva RTP.

Pro también el Centro de Investigación Agrícola Tropical (CIAT) afirma en un comunicado que los “cultivos transgénicos: una tecnología que vino para quedarse”, que lo dijo en 2017, y la entidad fortalece su posición en pro de una mejora de la agricultura.

En contraste, la Red Eclesial Panamazónica (Repam Bolivia), haciendo eco del clamor de la madre tierra y de los pobres en la Amazonía, su indignación frente a hechos que desesperan con la omisión del respeto al prójimo y a la Casa Común.

Desde el año 2013 se han ido implementando leyes y decretos supremos denominados incendiarios y ecocidas, que afectan a la naturaleza, así como a los pueblos indígenas que viven en el lugar, reflexiona.

Señala que desde 2013 se promulgaron leyes, como la 337 de perdonazo de desmontes; el 2014 la 502 de ampliación perdonazo; en 2015 se difundió la 739 de mayor ampliación de perdonazo, la 740 de ampliación de tiempo y Función Económica Social, la 741 de desmonte de 20 hectáreas; en 2019, la 1171 de manejo de quemas, Decreto Supremo 3874 de procedimiento abreviado de Soya transgénica HB4-biodiésel, Decreto Supremo 3973 de quemas controladas en Beni y Santa Cruz, Ley departamental del Beni sobre el PLUS, normas del anterior gobierno que promueven el desmonte y la quema de bosque.

Ahora, en 2020, el decreto Supremo 4232 del 7 de mayo, viabiliza el uso de transgénicos en Bolivia, siendo así que se prosigue la política que favorece a un pequeño grupo de empresarios, prevaleciendo una visión extractivista e industrial de la agricultura, con monocultivo extenso, aprovechamiento de suelos con carga química que no toma en cuenta la degradación ambiental, del terreno, del agua y las semillas en la región tropical y amazónica.

Los productores ecológicos lamentaron la decisión, pero también señalaron que la agricultura familiar va en el camino de respetar la naturaleza, y con la implementación de un laboratorio genético podrían mejorar la productividad de productos orgánicos, que tienen una gran demanda en el mercado internacional, por su calidad alimenticia.

SANTA CRUZ

Pero en criterio del CIAT, Santa Cruz necesita de herramientas biotecnológicas, principalmente en cultivos extensivos para mejorar su productividad y lograr una mayor competitividad en el mercado regional.

Sin embargo, datos estadísticos de Probioma muestran que el rendimiento de la soya transgénica, que ingreso en 2005, no muestra mejores rendimientos por hectárea, ya que las cifras señalan altibajos en todos los periodos de cosecha, hasta el 2017.

Mientras la importación de agroquímicos tiene una tendencia crecimiento, no los altibajos que muestran los datos de la soya transgénica, que aumentó a partir de la legalización del producto modificado genéticamente.

 
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