Parte II
Continuando con esta grata lectura del libro de Erick Rolón Anaya, “Los Caínes y Abeles del Drama Humano”, su análisis sobre el código genético nos proporciona información extraordinaria. Luego de analizar el modelo tridimensional del ADN nos recuerda que “haciendo ciencia ficción; con el código tripletico de los genes humanos, podríamos “escribir y/o recuperar el total patrimonio hereditario de la humanidad… Que a nivel material se podría transportar y reducir al tamaño de una simple tableta de Alka Seltzer. ¡Material tal vez transportable al universo, en una nave espacial, ¡para fines de colonización!”.
Luego destaca que “parecería no existir genes concretos para la inteligencia, la conducta, ni para la belleza. Siendo que conducta, belleza e inteligencia están sometidas a “presiones de selección sexual preferencial” por razones culturales y según cuales sean las “conductas preferidas” y los cánones de belleza, aceptados por un entorno sociocultural dado. Esto resulta evidente, sobre todo en sociedades como la boliviana que tiene grupos culturales muy diferentes. Resulta evidente que no es lo mismo apreciar la belleza entre aquellos que se deleitan con los concursos de belleza, donde las jóvenes se lucen en bikini, que aquellas que se lucen con sus mejores galas en la fiesta del Gran Poder.
Resulta simplemente sorprendente aprender que “El cerebro humano contiene más de 50.000 millones de neuronas con más de 100 mil millones de conexiones sinápticas, por donde circulan señales bajo la forma de moléculas neurotransmisoras, lo cual condiciona un rango normal de variaciones en la conducta, frente a concretos estímulos medioambientales que pueden desencadenar actitudes de serenidad y ponderación, como también accesos de furia, miedo y fobias. O la resolución de matar o morir”.
Todo lo anterior claramente explica que ese conjunto de células que conforman nuestro cerebro es fruto de la evolución de miles de años, y de cruces productos de la unión de hombre-mujer, donde se mezclan cromosomas, los cuales dan lugar a distintos gametos. “Este fenómeno, llamado crossing over garantiza la VARIABILIDAD del modelo humano, con una potencia que supera nuestra imaginación”.
Este fenómeno de la reproducción representa un complejo aleatorio extraordinario, ya que “por las computadoras y medios de comunicación que dispone el Límbico lugar, vía satélite, nos informan que, aun dándose el fortuito e improbable encuentro de nuestros progenitores, la probabilidad de reunirse como pareja reproductiva, es remota”. Igual a uno, sobre el total poblacional de mujeres, multiplicado por uno sobre el total de población de varones. Aparte de ello, nuestro señor padre produce 200 millones de espermatozoides, en una sola eyaculación y nuestra señora madre produce algo más de 300 óvulos en toda su vida reproductiva.” …Y tomando en cuenta solo la que nos fue favorable, da la probabilidad de un cero absoluto. O total imposibilidad de nacer. Sin embargo, el lector de este ensayo… ¡está presente! Y se entiende que, bajo este enfoque, la vida es un “milagro”. ¡Y el suicidio una estupidez!
Luego nuestro autor ingresa en una admirable síntesis y explicación sobre la herencia total que recibimos en la parte genética para ingresar al medio ambiente global que el hombre, mediante la evolución a través de siglos ha construido en torno al medio ambiente global. Nos aclara que para esta parte “el término “medio ambiente” es amplio. Engloba Naturaleza y Sociedad Humana.
El desarrollo de esos conceptos es amplio y parte sustantiva de este libro que, como señala el título de este artículo, conduce a una “lectura fascinante” que aquellos lectores e investigadores de esta materia deberían proseguir acudiendo de manera directa a este brillante trabajo científico.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |