Efeméride
> Este 2020 la celebración será a distancia; sin embargo, la población jamás pierde el civismo y el orgullo de pertenecer a la capital de Bolivia
Hoy, 25 de Mayo de 2020, se recuerda el levantamiento popular ocurrido en 1809 en la ciudad de Chuquisaca (actual Sucre), contra Ramón García de León y Pizarro, gobernador de la Provincia de Charcas.
A pesar de que este hecho es considerado como el primer grito libertario de América, en principio el movimiento se proclamó fiel al rey Fernando VII, que se encontraba entonces prisionero de Napoleón Bonaparte en Francia, después de la invasión de España por parte del ejército francés. Sin embargo, la Revolución de Chuquisaca sirvió de marco para el accionar de un grupo de patriotas (Mariano Michel, José Manuel Mercado, Álvarez de Arenales, Gregorio Lanza y Bernardo de Monteagudo) que propagaron las ideas independistas en varias ciudades, y particularmente en La Paz, donde la insurrección estalló el 16 de Julio. Reprimido violentamente este segundo levantamiento más radical, el movimiento de Chuquisaca fue desarticulado.
El 25 de mayo de 1809, los oidores de la Audiencia de Charcas, el alto Tribunal de la Corona Española que tenía su sede en Chuquisaca, ordenan el arresto del gobernador intendente Ramón García de León y Pizarro, acusado de apoyar la conspiración a favor de la infanta Carlota. García de León se entera del peligro y se adelanta mandando a apresar algunos de los oidores y de los miembros del cabildo de Chuquisaca que logran ocultarse, pero uno de ellos, el juez Jaime de Zudáñez, es arrestado. Para llamar al pueblo a la revuelta, se hace sonar una de las campanas de la iglesia de San Francisco hasta rajarse, la misma que será llamada ‘la campana de la Libertad’ y que luego sonará cada 25 de mayo en recuerdo de los hechos.
El pueblo y los estudiantes de la Universidad San Francisco Xavier llenan las calles, al grito de ¡Muera el mal gobierno, viva el Rey Fernando VII! Una delegación solicita el retiro de la artillería desplegada por el gobernador, que acepta, pero, una vez que los delegados populares entran en el palacio, los oficiales leales al gobernador abren fuego sobre la multitud, matando a algunos de ellos. El pueblo reacciona apoderándose de la artillería y exigiendo el arresto del gobernador. García de León y Pizarro dimite y la Audiencia asume el mando político y militar de la zona, nombrando a Álvarez de Arenales como comandante general del ejército. (Fuente: Comunidad Escolar)