Quienes no aceptan los instructivos de la cuarentena y hacen abstracción de todo lo que puede acarrear el coronavirus, se sienten inmunes y, además, creen que cualquier mal que tengan --así sea una simple gripe-- “se curará sola”. Esta creencia es simplemente efecto de ignorancia y carencia de solidaridad con la colectividad a la que se pertenece; es, pues, irresponsable quien está propenso a contagiar a quien sea el mal del que puede ser potencial transmisor.
Vivir en cualquier conglomerado humano implica adquirir deberes y responsabilidades a cumplirse estrictamente; es, además, un compromiso de velar por el bien común y acatar disposiciones que afecten a todos, especialmente si se trata de cualesquiera enfermedades que potencialmente podrían ser contagiosas o simplemente molestas para la susceptibilidad del entorno. Así, la presencia del coronavirus ha desarticulado la vida de todo el país y su población, consciente de lo que ocurre, acata las previsiones que sean adoptadas.
Muchas autoridades de varios países dictan reglas muy enérgicas en contra de quienes vulneran las leyes o disposiciones circunstanciales porque las experiencias les han demostrado que portadores hasta de enfermedades infecto contagiosas son efectivamente los renuentes a respetar las normas de seguridad y prevención. En nuestro país hay mucha permisividad y hasta descuido intencional con quienes no hacen caso a instrucciones previsoras atenidas a que “la autoridad es débil y pasará por alto cualquier infracción”. Esta forma de actuar, tanto de autoridades como de conculcadores de las disposiciones, es perniciosa y atentatoria contra la seguridad colectiva; por tanto, corresponde que se actúe con la máxima energía no solamente para sentar precedentes sino en resguardo de la salud colectiva.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |