Cuanto más avanza el tiempo, más se llega a conocer y menos comprender las conductas de los gobiernos y pueblo de los Estados Unidos que, de grandes defensores y propugnadores de las libertades, pasan a la condición de ser vulneradores de los derechos humanos y cometen faltas y delitos que son la vergüenza del país. Así, en días pasados un policía blanco, con colegas que vieron complacidos lo que hacía, asesinó al ciudadano de raza negra George Floyd, lo que ha dejado consternada a toda la humanidad.
El relato de lo ocurrido resulta dramático por la saña y maldad con que fue cometido el crimen que, evidentemente, no es el primero que comete un policía blanco en cualquier lugar de los Estados Unidos; un delito similar a otros que han segado la vida de ciudadanos afroamericanos o de otras razas que no sea la blanca y que nadie en la historia de ese país o de cualquier otro haya demostrado que posee diferente sangre, piel o huesos diferentes a los de los blancos que para los fanáticos y poseedores de todo tipo de complejos son los únicos que deben tener derecho de vivir en ese país, olvidando que la raza negra como cualquier otra han contribuido a la civilización y progreso del hombre blanco; que esas razas son co-responsables del desarrollo y progreso del país; que todos ellos han dado su sangre y vida para consolidar las libertades que hoy goza todo el país; que esas razas - especialmente la negra- ha intervenido en las guerras y conflictos en que se vio inmerso el país del norte con cualquier pretexto o motivo, que esos negros han demostrado –tal vez mejor que muchos blancos- tener amor, conciencia de país y sentimientos nobles y constructivos para su nación y que, innegablemente, parte de las ciencias, la educación, cultura y virtudes de los Estados Unidos es también patrimonio de afro-americanos, latinos y de otras razas que son autores de lo que es hoy ese país.
Algún ciudadano blanco estadounidense, podría demostrar el porqué de la superioridad racial que se adjudican, por ejemplo, los fanáticos e ignorantes miembros del criminal Ku-Klux-Klan que ha matado a miles de ciudadanos negros y ha destruido parte de la cultura y civilización negra en los Estados Unidos. ¿Algún blanco podría demostrar en qué y dónde está la superioridad blanca y por qué de su supremacía sobre otras razas? ¿Podría señalar qué leyes y Constituciones Políticas estadounidenses establecen los derechos blancos sobre negros y otras razas que pueblan ese gran país?
Nadie puede negar la participación y accionar decisivos de Estados Unidos en la parte constructiva de todo lo que se hizo por las libertades, la democracia, la justicia y los avances educativos, económicos, científicos, tecnológicos, culturales y de toda naturaleza en la historia de la humanidad; pero, todo ello ¿da derecho a muchos blancos de su pueblo a disponer de la vida de ciudadanos de otras razas que tienen los mismos derechos que todos los blancos? ¿Quienes asesinan a seres de otras razas, por ignorancia o por tener instintos criminales, han pensado en los descréditos que logran para su país que ha conseguido grandes laureles con hombres de gran talento, sabiduría y virtudes de toda laya, que han colocado a la humanidad junto a su país en sitiales expectables que merecen el respeto general? ¿Olvidan que grandes luchadores por la vigencia de las leyes, por la primacía del amor y virtudes en la vida humana y los derechos humanos han sido negros que han sacrificado la vida por sus ideales? En fin, parece que la inquina de policías blancos, aliados del Ku_Klux-Klan tendrá primacía para asesinar y destruir el prestigio, desarrollo y progreso de su país.
Ante los hechos consumados, parecería que no hay otro camino para el mundo civilizado que pedir que la Justicia, muchas veces traicionada, se encargue de sentar precedentes para evitar que surjan nuevamente criminales que atentan contra la vida de los seres humanos, siempre dignos de vivir en goce de la libertad, un bien por el que han luchado muchas generaciones y que será, de todos modos, la divisa de comportamiento de todas las naciones haciendo abstracción de los que atentan y violan los derechos humanos, naciones que, en la memoria del señor George Floyd honran los derechos de toda la humanidad con el pedido de entender que el hombre por muchos crímenes que cometa sólo atenta contra su propia vida que debe ser sagrada para todas las generaciones por ser creación de Dios pero bajo principios de libertad, paz, armonía y concordia entre todos los hombres sin racismos ni diferencias.
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