Israel Camacho Monje
El ciudadano común boliviano se permite rememorar a continuación las andanzas delictivas del cocalero Evo Morales Ayma, agitador y bloqueador de caminos carreteros de nuestro país, por si algunas personas lo han olvidado.
El cocalero Evo Morales fue durante los años 1985 al 2005, el principal agitador sindical de las seis federaciones de cocaleros del Chapare cochabambino, y al mando de cocaleros armados enfrentó a las fuerzas del Ejército Boliviano en la “labor de erradicación de los sembradíos ilegales de hoja de coca” en dicha región. Y con criminales emboscadas y complicidad de las poblaciones indígenas campesinas, no solamente lograron impedir la erradicación sino que también lograron expulsar a las guarniciones militares, así como las comisarías policiales. Sintiéndose vencedores, declararon al Chapare territorio libre de Bolivia, para convertirse en productores de coca y a la vez en fabricantes de cocaína. Allí no podían entrar ambas instituciones tutelares del país, mucho menos periodistas o gente extraña, supuestamente curiosa.
También Morales fue el iniciador de los delictivos “bloqueos de caminos” de nuestro país, para impedir mediante sus huestes de cocaleros que camiones cargados de minerales y diversos artículos de fabricación nacional llegaran a puertos del Perú y Chile, para su transporte por vía marítima a países europeos. Provocaron la pérdida de valiosos mercados internacionales, así como de millonarios ingresos económicos para las arcas de Bolivia, y en desmedro del desarrollo de nuestras empresas e industrias. Por si fuera poco lo anterior, también impidieron que los camiones cargados con productos agrícolas, cosechados en distintas poblaciones campesinas, llegaran a mercados nacionales y terminaran pudriéndose.
Delictivos bloqueos de carreteras que se extendieron por semanas y meses, impidiendo que flotas de pasajeros lleguen a terminales de buses de otros departamentos de nuestro país, provocando que familias pobres sufran las consecuencias del hambre y la sed. Y es que una vez detenidas las flotas, en medio de los caminos, eran rodeadas por pobladores indígenas para no permitir que los pasajeros salgan al exterior de los buses, a tomar un poco de aire puro y a la vez poder hacer sus necesidades biológicas. Por el contrario, eran obligados a cerrar ventanillas para impedir que entren al interior de las flotas las sobras de las comidas que engullían y les eran arrojados. Lo peor de todo lo anterior fue tener que aguantar el calor sofocante durante los días, y un frío crudo durante las noches, y además los cachorros de dinamita que hacían explotar los tenían en constante zozobra y sólo esperaban indefensos el momento de ser atacados.
Situación delictiva que se extendió con fines subversivos y desestabilizadores en los últimos períodos gubernamentales democráticos y constitucionales de: Jaime Paz Zamora (MIR), Hugo Banzer Suárez (ADN), Gonzalo Sánchez de Lozada (MNR).
Gobiernos que nada hicieron al respecto, es más, con actitud cómplice permitieron que el cocalero agitador y bloqueador de caminos carreteros siga cometiendo atrocidades en contra de la vida y dignidad del pueblo boliviano. ¿Qué lástima, verdad?
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