Los científicos han descubierto que el virus solo puede ingresar al cuerpo humano de una manera: enganchándose a unos receptores específicos que se encuentran en la superficie de las células, conocidos como ACE-2.
Scripps Research, en EEUU, el laboratorio del profesor Michael Farzan, fue el primero en descubrir el receptor ACE-2, durante el brote de SARS en 2003.
Sin embargo, como explica Farzan, el problema con los ACE-2 es que existen en todo el cuerpo, dentro de la nariz, los pulmones, los intestinos, incluso el corazón, los riñones y el cerebro.
Esta gran extensión de los ACE-2 es la razón por la que el covid-19 causa una gama tan amplia de síntomas.
Desde una infección en la nariz, que conduce a una pérdida del sentido del olfato, hasta una inflamación en los pulmones, que causa una tos severa.
Comúnmente, la mayoría de los virus son buenos para propagarse o son buenos para causar enfermedades graves. El SARS-CoV-2 es más peligroso porque es bueno para ambas cosas.
Al infectar las vías respiratorias superiores, la nariz y los pulmones superiores, la inflamación causa tos y estornudos, que propagan rápidamente la enfermedad. Mientras tanto, infectar las vías respiratorias inferiores puede causar problemas respiratorios graves y potencialmente mortales.
El profesor Farzan señaló que los científicos ahora tienen evidencia de que los niños, que representan menos del 2% de los casos, tienen menos receptores ACE-2 en los pulmones inferiores en comparación con los adultos.
"Esto significa que los niños serán menos propensos a la enfermedad, al menos a desarrollar el tipo de neumonía grave que los adultos han experimentado", sostuvo Farzan. Sin embargo, tienen una gran cantidad de receptores en los pulmones superiores, explicó.
Todavía serán capaces de transmitir el virus a otras personas, porque ese tracto respiratorio superior es realmente importante para que el virus pase a la siguiente persona", señala.
Es por la devastadora eficiencia con la que el virus se multiplica, que a pesar de seis meses de investigación, los científicos creen que la única forma de realmente poner fin a la pandemia, y evitar futuras oleadas del virus, es una vacuna.
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