Rasgándose las vestiduras a destiempo

La Nueva Constitución Política del Estado de 25 de enero de 2009 atribuye al Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia la competencia de incluir o sustituir ministerios a través de “solamente decretos supremos”. Exactamente, lo leyeron bien, el Decreto Supremo 29.894 de Estructura del Poder Ejecutivo nunca fue elevado a rango de ley, porque es atribución del Presidente reorganizar a través de decreto supremo el Poder Ejecutivo; en contraposición con la anterior Constitución Política de 1994, en la que la LOPE del 2006 era una ley, valga la redundancia, por lo que cualquier cambio o modificación debía pasar por el Poder Legislativo.

En el Decreto Supremo 29.894 del 10 de febrero de 2009, figuraban 20 ministerios: Relaciones Exteriores, Presidencia, Transparencia Institucional y lucha contra la corrupción, Autonomía, Gobierno, Defensa, Defensa Legal del Estado, Planificación del Desarrollo, Economía y Finanzas Públicas, Hidrocarburos y Energía, Desarrollo Productivo y Economía Plural (que incluía al Viceministerio de la Industria del Turismo); Obras Públicas, Servicios y Vivienda (incluía al Viceministerio de Telecomunicaciones); Minería y Metalurgia, Justicia; Trabajo, Empleo y Previsión Social; Salud y Deporte, Medio Ambiente y Agua, Educación, Desarrollo Rural y Tierras, y Cultura.

Varios de estos ministerios nombrados en orden de prioridad, establecidos por capítulos en el mencionado decreto y con sus atribuciones, fueron cambiando de nombre y ubicación. A simple lectura verificamos que no estuvieron dos ministerios de la “polémica reubicación” desde un principio y también vemos que actualmente ya no existen otros.

Me llama mucho la atención el rango de prioridades que habla solo de la importancia que le dio el gobierno del MAS a Salud, Educación y Cultura, y en ese momento nadie se desgarró la ropa de la indignación contra el gobierno del MAS. No menos importante es recordar a los sectores que se intentan sentir afectados ahora por la absorción de los tres ministerios, Comunicación, Cultura y Deportes, a otros ministerios, que en el primer caso ese ministerio fue vilmente utilizado en contra de la población boliviana para generar caos, difundir propaganda política del MAS, rendir culto a Evo Morales y gastar desmedidamente dinero de los bolivianos. Y en los casos de Deporte y Cultura no benefició ni a deportistas ni gestores de cultura, ya que el deporte nacional si tiene glorias es gracias a la disciplina, voluntad y aporte económico personal de cada uno de esos deportistas y sus familias. Y en cuanto a cultura, nuestro patrimonio cultural se ha dispersado por el mundo sin el debido cuidado en el registro de ello. Además este ministerio fue creado con el principio de lucha contra el racismo y la protección de la interculturalidad que tampoco se realizaron, ya que el racismo solo invirtió a sus actores y la interculturalidad no dejó de ser parte de la sombra de ese gobierno y no con la misión de promocionar la inconmensurable cultura nacional: de arte, música, pintura, escultura, escritura y mucho más. En 14 siniestros años, los ministerios fueron y vinieron, cambiaron de nombre, se fusionaron y eliminaron, siempre a discreción y voluntad de un tirano.

Hacer creer que esos ministerios aportaban a nuestra sociedad es una gran mentira, lo único que logra es crear más caos en una sociedad lastimada por una pandemia que ya venía de ser herida de muerte por 14 años de iniquidad absoluta.

A desgarrarse las vestiduras a tiempo, ser oportuno en la vida nos otorga el derecho de la razón y la justicia.