La transnacional IBM ha anunciado que dejará de desarrollar y vender software de reconocimiento facial desde este momento. Luego de haber analizado los problemas detectados en la tecnología, la utilidad que se le da y el contexto actual, desde IBM han decidido abandonar todos los proyectos, pero también hacer una llamada a reconsiderar cómo se utiliza.
La noticia ha saltado tras la carta que Arvind Krishna, CEO de IBM, ha enviado a cinco congresistas en la que se comunican los motivos por los que han tomado esta decisión tras ser una de las principales empresas en vender software de reconocimiento facial al Gobierno de Estados Unidos.
IBM no quiere que su tecnología sirva para la "vigilancia masiva, el perfil racial, violaciones de derechos humanos y las libertades básicas", aspectos donde no se está utilizando en consonancia con sus "valores y principios de confianza y transparencia".
Krishna opina que se debe empezar "un diálogo nacional sobre si las agencias nacionales que aplican la ley deberían emplear la tecnología de reconocimiento facial y de qué manera". Pero es un debate que se antoja complicado en estos momentos.
No se puede evitar pensar en que este abandono se dé en un momento donde las protestas se mantienen en Estados Unidos por la violencia racista que se sufre y que probablemente se esté utilizando el software de IBM y otras empresas para identificar a los manifestantes. Pero a esto habría que añadir los sesgos racistas que se han demostrado endémicos en el reconocimiento facial.
Esta tecnología siempre ha estado envuelta en gran polémica, tanto en su uso público o privado como en el modo de entrenarla para ser más fiable en la detección de personas o en el cruce de la información con otros datos, como los fiscales, y lo que puede saber cualquier empresa en cuestión de segundos.
Al leer la carta enviada hay dos planteamientos que se pueden extraer. El primero es el deseo de IBM de no contribuir al uso que pueda realizar el Gobierno de Trump de su software, el otro es que no se cierra la puerta del todo: es una llamada a replantear su uso y asentar unas bases ideológicas y tecnológicas que puedan hacer volver a IBM a sus proyectos de reconocimiento facial.