El avance del cambio de matriz energética, que apunta a dinamizar el mercado de vehículos eléctricos, se ve con riesgos, debido a la pandemia del Covid-19, que ha paralizado la economía mundial y la demanda se frenó por el momento, pero la industria automotriz deberá analizar la forma de impulsar la transición.
En todo el mundo, se espera que la adquisición de vehículos eléctricos se acelere de acuerdo con la demanda de los consumidores y las políticas gubernamentales para combatir los cambios climáticos.
El futuro de la movilidad es claramente eléctrico, pero la transición conducirá a un cambio fundamental en el riesgo para los fabricantes, proveedores y aseguradores y tendrá un impacto significativo en el seguro automotor de responsabilidad civil, según un nuevo reporte de Allianz Global Corporate & Specialty (AGCS).
Según especialista en seguros de responsabilidad civil de AGCS, Daphne Ricken, la industria automotriz tendrá que responder a muchos riesgos emergentes para realizar la transición a los vehículos eléctricos.
“El crecimiento en las ventas de autos eléctricos en el mundo trae la posibilidad de nuevos problemas de defectos o desempeño; costos de reparación más caros; nuevas amenazas de incendio y riesgos cibernéticos; e incluso problemas de reputación en torno al suministro y la eliminación sostenible de componentes esenciales y materias primas para baterías”, explica.
La Agencia Internacional de Energía afirma que podemos tener más de 100 millones de vehículos eléctricos en las calles en 2030, muy por encima de los casi siete millones que existen hoy, con ventas anuales de 20 millones, impulsadas por el crecimiento en China –que ya es el mercado más grande del mundo– la Unión Europea (segundo más grande), Japón, Canadá, Estados Unidos e India, en particular.
En Brasil, por ahora, el escenario es muy diferente al de otros países, con una flota pequeña. Según la Asociación Brasileña de Vehículos Eléctricos (ABVE), el número de autos eléctricos en el país es de alrededor de 20 mil. Pero según el pronóstico del Boston Consulting Group (BCG) en 2030, los automóviles eléctricos representarán el 5 % de la flota brasileña, con ventas de 180 mil unidades por año.
Bolivia en esta materia está rezagada, el ingreso de los vehículos eléctricos tienen un escenario no apropiado, la falta de incentivos y normas rezagan el ingreso de este tipo de motorizados al mercado boliviano.
Nuevas exposiciones
al riesgo
Aunque la crisis del coronavirus puede afectar las perspectivas de las ventas mundiales de vehículos eléctricos para 2020, el pronóstico de crecimiento a largo plazo aún conlleva una serie de riesgos técnicos y operativos, tales como: seguridad y confiabilidad.
Las evaluaciones estadísticas de siniestros de Allianz muestran que los vehículos eléctricos tienen menos probabilidades de estar involucrados en accidentes. Sin embargo, cualquier daño sufrido puede, en promedio, ser más costoso que en los automóviles convencionales. El hecho de que estos autos solo puedan ir a talleres especializados contribuye al aumento del costo.
La duración y el rendimiento de la batería son problemas críticos para los automóviles eléctricos. Dado el alto costo de reemplazar o reparar las unidades de batería, el incumplimiento de las garantías de rendimiento generará dudas sobre la responsabilidad de los fabricantes y proveedores.