El Centro de Diplomados en Altos Estudios Nacionales (Cdaen) de Santa Cruz recordó ayer el cese de uno de los episodios más sangrientos del siglo XX como fue la Guerra del Chaco que duró tres años, desde el 15 de junio de 1932 al 14 de junio de 1935.
El presidente del Cdaen Santa Cruz, coronel en servicio pasivo del Ejército, Jorge Santistévan, a través de un video difundido en las redes sociales, recordó que en esa cruenta guerra participaron 250.000 hombres de Bolivia y 150.000 del Paraguay. Aproximadamente, 90.000 hombres perdieron la vida, 50.000 fueron bolivianos y 30.000 paraguayos, el resto entre mutilados, heridos y desaparecidos.
“Desde la independencia ambos países tenían diferencias por los límites que no dieron importancia, por cuanto se vieron envueltos en otros conflictos, pero cuando la petrolera Anglo Holandesa Shell y la petrolera Standard Oil, pensando que había petróleo al interior del chaco, sembraron discordia entre ambos Estados. Bolivia sin salida soberana al mar, se interesó en el conflicto, cuyo objetivo estratégico político era la salida al Atlántico, a través de los ríos Paraná, Paraguay y Plata”, recordó.
Destacó que el 15 de junio de 1932 empezaron las hostilidades, cuando una patrulla boliviana ataca el fortín López que custodiaba la laguna Pitiantuta o Chuquisaca. Un mes después, el mismo fortín fue retomado por los paraguayos; luego el presidente Daniel Salamanca ordenó atacar otros tres fortines y así se desata el conflicto.
“Ambos países se ocuparon de equiparse durante el resto del año. Llega el año 1933 con el inicio de fuertes ofensivas bolivianas, posteriormente los años 34 y parte del 35, lo hizo con mayor fuerza el ejército paraguayo, hasta que el 14 de junio de 1935 que llega el fin de la guerra”, refirió.
Previamente –dijo– la Liga de las Naciones impuso un embargo de armas a ambos países e insistió por una propuesta de paz en noviembre de 1934, aceptada por Bolivia, pero rechazada por Paraguay.
Refirió que el gobierno de Chile propuso a Argentina en enero de 1935 una gestión conjunta para lograr la paz. En abril de ese mismo año, Perú, Brasil y Estados Unidos se unieron a esa mediación y se firma el protocolo de paz el 12 de junio de 1935.
El 14 de junio de 1935 cesaron las hostilidades y, posteriormente, el 21 de julio de 1938 se firmó el Tratado de Paz, Amistad y Límites en Buenos Aires, Bolivia perdió territorio, pero Paraguay también perdió, porque tuvo que ceder 110.000 km2 del suelo conquistado.
“Lo cierto es que ambos perdieron, porque la guerra dejó pobres y en la miseria a los dos países, Paraguay salió del conflicto sin grandes cambios sociales, no así Bolivia debido a que la guerra provocó cambios en la vida política y social, porque los oficiales conocieron las injustas condiciones de sus soldados en el país y no permitirían que sigan viviendo relegados y sometidos por una rosca política y económica, que además indignados por la mala conducción política en la guerra”, puntualizó.
Santiestévan recordó que a raíz de la guerra, los oficiales se hicieron revolucionarios, gestando el nacimiento de “Razón de Patria” (Radepa) que ayudó a crear las condiciones para una gran revolución, cuyos postulados fueron la base de la revolución de 1952 que acabo con el feudalismo.
“Con admiración y respeto, los bolivianos rendimos nuestro homenaje a los héroes del Chaco, por haber tenido la gloria de cumplir con el máximo deber ciudadano: la defensa de la patria. Este proceso histórico debe ser recordado con admiración y respeto. Por ello, exhortamos a las nuevas generaciones a recuperar la estampa de nuestros héroes, lo cual no tiene precio para un pueblo que se honra en quererse a sí mismo”, puntualizó.