Elecciones con campañas virtuales

Fijadas las elecciones generales para el 6 de septiembre del año en curso, y vigente la cuarentena y sus medidas restrictivas por el incremento de contagiados y fallecidos anunciados con las proyecciones difundidas por epidemiólogos a nivel nacional y mundial como consecuencia del COVID-19; no queda otro camino que candidatos, líderes y partidarios de los partidos políticos y organizaciones sociales tengan que realizar sus campañas electorales mediante la ciberpolítica, en forma virtual por redes sociales (celulares y computadoras), televisión, radioemisoras y medios escritos, a fin de ganar las elecciones por el bien común, porque Bolivia necesita un gobierno legítimo, para solucionar el problema de salud pública y los problemas que se vislumbra; situación que pese a la salud obliga a considerar las realidades siguientes:

1.- Los contactos virtuales mediante Zoom, WhatsApp, Meet, Webex, Teams y otros si bien es cierto que tienen la facilidad de romper fronteras y abreviar distancias para proponer programas de gobierno, planes y proyectos con objetivos generales y específicos, a fin de captar el voto de los electores; no es menos cierto que ese medio de comunicación llegaría apenas a un 50% del electorado que vive en las ciudades, y no así a los del área rural que son la mayoría. Además hacer campaña política por ese medio requiere precisar conceptos, hablar con claridad, tener el don de la persuasión y convencimiento, lo cual obliga a utilizar un lenguaje sencillo --no procaz, despectivo, discriminatorio ni rebuscado--; algo difícil si repasamos las declaraciones y mensajes de quienes quieren ganar las elecciones, y que la presidente deberá considerar para ganar.

2.- Similar situación se daría con las redes sociales, porque la población citadina hace uso de ellas, y no la del campo; además el electorado de las ciudades --de acuerdo con las anteriores elecciones-- estaba dividido, en consecuencia no asegura nada para ningún candidato, peor aún si en la actualidad nadie sabe por quién votar, por las corrupciones denunciadas, sin sentencia contra los autores y responsables. Referente a los electores del campo, sector considerado por politólogos y analistas "voto fuerte", se debe tener presente que también se halla dividido, porque no hay un candidato o candidata que los represente, a no ser que un discurso en aimara o quechua bien pronunciado, por cualesquiera de los candidatos, incline la balanza. Veremos...

3.- La campaña política utilizando los medios televisivos al parecer sería la más ventajosa e idónea en las elecciones venideras; por el simple hecho de que todo se puede decir y mostrar mediante los televisores, aunque dentro del todo se debe excluir las mentiras, medias verdades y la guerra sucia, que podría resultar contraproducente; porque gran parte del pueblo ya se da cuenta de quién miente y quién no, no es ignorante como dicen, ya no quiere ser engañado, y en la realidad --respondiendo-- recibiría las dadivas de unos para votar por otros. Situación que obliga a candidatos, líderes, voceros y correligionarios a cambiar paradigmas, actuar con mesura.

4.- Las radioemisoras que llegan al 100% del electorado del área rural, serían el medio más utilizado para difundir los programas de gobierno, las ideas, los planes y proyectos de los candidatos; empero para persuadir y convencer a esa población con la finalidad de obtener su voto, se hace necesario hablar el idioma nativo correspondiente, por razones de idiosincrasia, confianza, empatía e identidad; en consecuencia, habrá que ver la forma más adecuada de conquistar el voto de esa población electoral, que sociológicamente tiene sus particularidades.

5.- La campaña electoral por los medios de comunicación escritos que dan luz en las tinieblas captarán el voto consciente y calificado de un buen porcentaje del electorado nacional digno de considerar, porque generalmente el que lee sabe lo que quiere, por quién y para qué votar.

6.- La campaña electoral con la corrupción del pasado y presente podría ser perjudicial para unos y otros que frecuentemente se califican de corruptos, dando lugar a la duda; hecho que perjudica a los candidatos al dispersar los votos y originar gobiernos débiles elegidos por minorías que deben suscribir pactos de gobernabilidad, que afectan a la democracia en general.

7.- El problema de salud que requiere solución inmediata, demandará la construcción de por lo menos treinta hospitales de tercer nivel en las capitales de departamento y ciudades intermedias, y crear miles de ítems para médicos, enfermeras, personal administrativo y de limpieza, para que los enfermos sean atendidos y evitar que mueran en sus domicilios y en la puerta de hospitales sin ser atendidos. Situación que exige una nueva política de salud pública o medicina política.

8.- La discriminación inevitablemente será parte de las campañas electorales --por una Bolivia unida-- pero no será fácil, por las expresiones de candidatos, lideres, voceros y correligionarios, cargadas de desprecio, humillación y odio --innecesarios porque ni la sangre ni la piel justifican--, publicadas en redes sociales y medios televisivos; al respecto convendría preguntar a sociólogos y psicólogos ¿se puede captar o perder votos discriminando?, y con su respuesta hacer campaña.

9.- Será necesario crear unos 50.000 empleos mensualmente, con su presupuesto e ítems respectivos, y entregar un bono de 2.000 Bs a los más pobres, para sobrellevar los efectos del COVID-19; lo que podría captar votos para la elección de la presidenta que pese a todo tiene gran apoyo a nivel nacional.

10.- La educación presencial, virtual, gratuita y pagada habrá que plantearla científicamente y viendo la realidad nacional; porque un buen porcentaje de los educandos no tiene acceso a internet por razones económicas, y la educación es problema latente en nuestra Patria, Bolivia.

Como se ve, las campañas electorales para captar el voto del soberano serán complicadas, y demandarán cambios en los actos de los políticos. Entre tanto, confiamos en que después de las elecciones tengamos una Bolivia unida.