Economía nacional
> Bolivia registró tres meses con inflación negativo y similar periodo con positiva, y si se prolonga la primera, la economía nacional se acerca más a las proyecciones de los organismos internacionales, de entrar a una recesión de 5,9 %
Las inyecciones de capital a la economía nacional dinamizan el mercado local, y muestra de ello es el resultado positivo del Índice de Precios al Consumidor (IPC), luego de porcentajes negativos registrados en enero, febrero y mayo, pero junio nuevamente muestra datos alentadores, que en parte se debe a la cuarentena dinámica y al inicio de la actividad del transporte.
No obstante, el confinamiento provocó desempleo y cierre de empresas, además, empujó a la actividad informal a través de ferias zonales, según varios análisis de economistas.
El pasado fin de semana, el Instituto Nacional de Estadística (INE) difundió el Índice de Precios al Consumidor de junio, y en la publicación informó que en junio de 2020, el IPC registró una variación porcentual positiva de 0,36% respecto a mayo. La variación acumulada al mes de junio fue positiva en 0,78 % y a doce meses alcanzó 1,44 %
La variación positiva de 0,36 % se explica principalmente por el incremento de precios en las divisiones: Transporte 2,04 %; comunicaciones 0,97 % y alimentos y bebidas no alcohólicas 0,90 %.
Los productos que registraron la mayor incidencia porcentual positiva en junio, son: carne de pollo, transporte en minibús, aparato telefónico móvil/celular, cebolla, papa y corte de cabello. Por el contrario, los productos que presentaron mayor incidencia negativa, son: tomate, plátano/guineo/banano, zanahoria, detergente para lavar ropa, cemento gris portland y mandarina.
Definición
Cuando hablamos de inflación nos referimos al aumento sostenido del nivel general de precios de la economía. Cuanto más aumenten los precios (es decir, exista inflación) será peor para el consumidor, ya que se reduce su capacidad de compra, porque con el mismo dinero podemos comprar menos bienes y servicios.
Cuando hay deflación ocurre todo lo contrario. La deflación (o inflación negativa) es un proceso generalizado y continuado de la caída del nivel de precios de los bienes y servicios. En principio, cabría pensar que cuanta más deflación exista mejor para la sociedad, porque con la misma cantidad de dinero podríamos comprar más cosas, pero si es fruto de una depresión del consumo, no tiene por qué resultar tan beneficiosa, señala un artículo de Europapress.es.
Cuando la inflación se mueve en un entorno moderado (en torno al 2 %) refleja cierta estabilidad y seguridad para los agentes económicos, mientras la deflación puede ser tan negativa o más que la inflación, ya que una caída de precios continuada puede arrastrar a la economía hacia una recesión y a unas tasas de desempleo elevadas, asegura el artículo del medio europeo.
Bolivia
La economía nacional registró inflación negativa en diciembre de 2019 y en enero y febrero de 2020, recuperándose los precios en marzo y abril, pero nuevamente cae en mayo, y en junio empieza a subir.
Los economistas Ernesto Bernal y José Gabriel Espinoza, hace unos meses atrás, anticipaban, por separado, la caída de la economía por el modelo aplicado durante los últimos años, ya que el mismo tenía como base los precios de los commodities, que en los últimos meses cayeron en el mercado internacional, y redujo los ingresos del país, principalmente por la venta de gas.
Alertaban el aumento del trabajo informal, en ese momento, debido a que no la inversión privada no tenía incentivo para llegar al país o para que el capital nacional incursione en nuevos emprendimientos.
Desde noviembre de 2019, el país vive una incertidumbre política, una desaceleración de la economía, que terminará en la presente gestión en una recesión según las proyecciones de organismos internacionales, pero que el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas en parte coinciden con la cifra, de -5,9% del producto Interno bruto para la presente gestión.
Informalidad
La cuarentena redujo los ingresos de las empresas y de las personas, en especial de las que se dedican al comercio informal, cuya situación ha provocado la proliferación de ferias clandestinas a raíz de la necesidad de la gente de tener algún ingreso para sus familia y para los consumidores que tenían cerca un centro de abastecimiento.
En parte provocó mayor oferta de productos en el mercado zonal, y registró una reducción de precios de los productos de alimentos, especialmente, pero el transporte disimuladamente aumentó el precio del pasaje debido a la menor cantidad de pasajeros que llevan.
Los bonos cancelados por el Gobierno tuvieron su efecto en el mercado nacional, que ya abril no registra una inflación negativa, pero en mayo vuelve nuevamente la cifra negativa, y en junio se eleva a raíz de la aplicación de la cuarentena dinámica y el retorno del transporte público.
Si bien la informalidad en el país es una de las más altas de la región, la pandemia puede provocar que la misma vaya en aumento, aunque economistas opinan que ya no hay dónde se amplíe esta situación.
Dependerá de las políticas gubernamentales para que la informalidad reduzca o se amplíe, y para ello se requiere incentivos y apoyo al sector empresarial, en especial para las micro, pequeñas y medianas empresas, que generan más del 80 % del empleo.