Guery R. Cordero C.
Los muertos tienen sus dolientes, pero en el caso de Covid-19 ¡la OMS es la directa responsable! Situación que se busca ocultar por todos los medios, pero, ¿no debería como mínimo reconocer su negligencia? Resarcir a los gobiernos por esa su directa acción como causa de muerte por acciones inadecuadas y comenzar a rectificar su proceder de cara a sus responsabilidades y aperturarse a terapias más económicas, inocuas y tanto más eficaces. Aunque esto signifique pérdidas económicas, pero beneficiosas para la población en general.
Al principio ya la OMS sabía que Covid-19 era una epidemia en China y aún así salieron sin objeción entre 5 a 12 millones de chinos por negocios básicamente a diferentes lugares del mundo, llevando con ellos a diseminar el Covid-19. Se sucedieron los primeros brotes en Occidente y la OMS dio el “protocolo” de tratamiento “médico-farmacéutico como resultado de 3 excelentes autopsias realizadas en china”. Resultando que al ser aplicada, se produjeron miles de muertes, por ejemplo en Italia y solo el increíble valor y audacia de médicos italianos, que osaron rebelarse aun a desprecio de sus vidas y del siempre chantaje de perder sus licencias de ejercicio como médicos, que realizaron en total 70 autopsias y determinaron que la OMS, la rectora mundial de la salud, ¡estaba equivocada! y que las muertes producidas eran por error médico, pero por el protocolo de tratamiento, tan carente de rigor científico y emanada desde el órgano rector, la OMS.
Porque, al corregir errores y cambiar procederes médicos, dramáticamente cayeron los índices de mortalidad en Italia, como en el resto del mundo. Aún debatimos sobre cómo controlar esta pandemia y cuál es el más adecuado tratamiento médico-farmacéutico, pues en cada país y localidad tenemos disímiles tratamientos. Acá en Bolivia no escapamos a esa realidad, donde la incertidumbre, la improvisación y los dispares tratamientos hacen que sea un riesgo añadido estar enfermo y estar atendido por la medicina de farmacia.
Lo más increíble e irresponsable sucede, además de esa tozudez mediada por el ego del granítico monopolio médico farmacéutico y por los valores ante todo monetarios que cierran toda posibilidad a remedios alternativos tan superiores y tan inocuos como el uso del dióxido de cloro (ClO2), ojo, no estoy hablando de lavandina ni lejía que es el hipoclorito de sodio (HClO) y claro que con resultados aún escasos, pero tan impresionantes tanto en Beni como Santa Cruz, realizada por valerosos médicos bolivianos, sin prejuicios y todo por el bienestar de los enfermos. Repito, tratamientos inocuos, tanto por la seguridad de la dosis diaria a tomar, como el margen casi imposible de la dosis letal. Remedando procederes realizados en Ecuador, muy bien documentados científicamente o Colombia y hasta USA. Personalmente, con una casuística de 11 años, 9 de los cuales indicando el dióxido de cloro en 2.736 pacientes de enfermedades degenerativas en estado terminal, donde los resultados como terapia de dolor fueron simplemente buenos, observados en el sentir de las personas en ese trance y la ostensible disminución de drogas tan costosas para ese fin.
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