Muchos analistas sobre derecho penal consideran que el permanente aumento de violaciones, feminicidios e infanticidios obliga a revisar la aplicación de la pena de muerte, pena capital o ejecución. Consiste en provocar la muerte a un condenado por parte del Estado, como castigo por cometer un delito establecido en la legislación. Los delitos por los cuales se puede aplicar esta sanción son denominados “delitos capitales”.
La ejecución de criminales ha ocurrido en muchas sociedades a lo largo de la historia, para castigar el crimen. Actualmente la situación legal de la pena de muerte varía según las regiones del mundo. Así, ha sido abolida y penalizada en casi todos los países europeos, y en muchos de Oceanía. En la mayoría de países latinoamericanos ha sido abolida la pena de muerte, mientras que en países como Estados Unidos, y la mayoría de los estados del Caribe, sigue siendo aplicada. En Asia la pena de muerte está permitida en países como China, India, Indonesia, Irán y Japón. En África todavía se la usa en varios países, especialmente de la zona nororiental del continente (Egipto, Etiopía, Libia y Sudán). Igualmente, la pena de muerte sigue siendo aplicada en la mayoría de países árabes.
En países donde se aplica la pena de muerte, se usa como castigo para asesinato, espionaje, traición, o como parte del derecho militar. En algunos países se aplica también para castigar delitos sexuales, como adulterio o sodomía. También se castiga con pena de muerte, en algunos países musulmanes. En China, el tráfico de personas y los casos graves de corrupción política son castigados con la pena de muerte. En algunos países la pena de muerte se utiliza por motivos políticos, con la máxima difusión posible. En Corea del Norte el director de una empresa fue ejecutado públicamente en un estadio deportivo, ante miles de personas, como castigo por haber hecho llamadas telefónicas al extranjero.
El tema de la pena de muerte es muy controvertido. Los simpatizantes de la misma opinan que su realización reduce el delito, previene su repetición y es una forma de castigo para el asesinato. Los detractores argumentan que no reduce el crimen en mayor medida que la cadena perpetua.
Según estadísticas del informe anual de ejecuciones judiciales de Amnistía Internacional, en 2003 fueron ejecutadas al menos 1.146 personas en 28 países. El 84% de las muertes documentadas ocurrió en cuatro países: China llevó a cabo 726 ejecuciones, Irán mató a 108 personas, Estados Unidos a 65 y Vietnam a 64. No obstante, para 2011 se desconoce el número de ejecuciones judiciales, ya que aunque la cifra se redujo a 680 en solo 20 países, este dato no incluye las ejecuciones en China, las cuales Amnistía Internacional cree son de miles, pero no hay cifras oficiales disponibles. La última nación en abolir la pena de muerte para crímenes fue Surinam. Cuatro naciones abolieron en 2015 la pena capital para crímenes (República del Congo, Fiyi, Madagascar y Surinam), con lo son 102 los países que prohíben las ejecuciones. A nivel mundial, Irán, Pakistán y Arabia Saudí fueron responsables de casi el 90% de las ejecuciones, según Amnistía Internacional. En 2016 solo hubo ejecuciones en cinco estados de EEUU.
El autor es abogado.
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