Perspectiva negativa de la crisis alimentaria

El gobierno defenestrado de Evo Morales-Álvaro García Linera y Cía. dejó para el pueblo boliviano un pesadísimo legado de deudas, desorganización, corrupción y otros, pero en especial esa herencia consiste en que la agricultura nacional dejó de producir alimentos y, en cambio, se tiene que recurrir a importaciones masivas y al contrabando de artículos de mesa, por cerca de mil millones de dólares al año. Dejamos de producir papa, trigo, maíz, verduras, fruta y otros.

En contraste con esa política de abandonar la alimentación de los trabajadores y del pueblo en general, el gobierno de los califas, defenestrado en noviembre, se dedicó casi exclusivamente a producir coca en grandes áreas de cultivo en todas las regiones de yungas y zonas tropicales del país. Inmensas áreas en las que se producía alimentos fueron ocupadas por los cocaleros, para dedicarlas a cultivar la hoja de coca destinada a la fabricación de cocaína. Inclusive los ideólogos del gobierno y del MAS enunciaron que la población --en especial los niños escolares-- debía alimentarse con coca y, con esa finalidad, autorizaron la duplicación de las áreas cultivadas de esa planta, de 11.000 a 22.000 hectáreas.

En esa forma, no solo el gobierno de transición sino todo el pueblo boliviano se encuentra en difícil situación para alimentarse, cruda realidad que se ha agravado en meses recientes por varios factores, entre ellos las alteraciones climatológicas, la carencia de divisas debido a menores ingresos por exportación de gas, estaño y otros, el abandono de la agricultura, la migración a las ciudades, la pandemia del virus chino, la obsoleta legislación agraria y un sinfín de factores difíciles de enfrentar.

Como es lógico, semejante estado de cosas preocupa a la población que ve en el horizonte el fantasma del hambre, que puede derivar en la hambruna en caso de que las causas señaladas se agraven, algo probable, por cierto, debido a que los problemas no son resueltos y aun se agravan por falta de visión estatal.

En todo caso, el gobierno actual del país ha visto el asunto con interés y ha formulado un programa de 19 puntos para atender la crisis que se aproxima con alarmantes perfiles. Al respecto, como primer punto ha anunciado un proyecto para activar la agricultura, con un presupuesto de 873 millones de dólares que puedan provenir del Tesoro General de la Nación, financiamiento privado, donaciones, etc.

El Ministerio de Desarrollo Rural ha presentado un proyecto agropecuario para enfrentar la crisis de alimentos que muestra ya grandes nubarrones en el horizonte, más a corto que a largo plazo, plan que posiblemente será objeto de perfeccionamiento, en vista de que adolece de notorias falencias.